Permítanme confesar que comienzo a sentir un poco la presencia de un síntoma físico conocido como depresión y ello es motivado por estos treinta días en que nuestro querido Chile se ve abrumado por manifestaciones en sus motivaciones justas, pero alteradas por un grupúsculo de delincuentes y algunos centenares de anárquicos.
Cada día que llega me hace pensar que comenzará ha aparecer la alborada de la normalidad, pero no resulta así: Irresponsabilidades de autoridades políticas de todos los lados, de altos personajes que formulan descabelladas explicaciones, como hace algunos pocos días lo hizo un general de Carabineros, quien manifestó, para explicar 23 chilenos muertos, casi 300 que han perdido parte de su visión por disparos de feroces perdigones, "que ello era igual que un tratamiento de cáncer y que al tratarlo con quimioterapia o radioterapia se eliminaban y mataban "células malas..Y buenas" (¿?)
Chile tenía una imagen internacional de estabilidad económica, política, y una democracia estable y asegurada, pero tristemente de un solo golpe se ha demostrado que ello no era así.
Algunas autoridades sostenían que nuestro país era "un oasis", lo que no era absolutamente verdad, somos una sociedad de humanos que vive en un ghetto, de altísimas desigualdades.
Aunque se haya repetido muchas veces en este país, "hay muy pocos que son muy pero muy ricos y muchos pero muchos que tienen muy poco o casi nada", jubilaciones de 75 mil pesos, las mal llamadas de solidaridad y asistencialidad. Nuestra realidad de manifestaciones, pero enmarcadas por unos pocos en actos de terror, hizo que dos de las conferencias más grandes del planeta se fueran a otros lados porque este país, "copia feliz del Edén", no daba ninguna seguridad: La Apec que llegaría a chile con 21 economías importantes del mundo y que en conjunto representaban el 40% de la población mundial y el 60% del PIB Global; lo mismo aconteció con la Conferencia Mundial del COP 25 la más importante conferencia del mundo para enfrentar y buscar soluciones que mejoren los problemas del Cambio Climático, dicha reunión traería a nuestra larga y angosta faja de tierra a cerca de 25 mil intelectuales, científicos y estudiosos del tema, aquí llegarían, a este país que muerde el fondo final del planeta.
La revolución, primero llamada la de " los 30 pesos", resultó que era la de los 30 años de desarrollo de la Nación, pero un desarrollo que es propiedad de solo el 10% de los chilenos, los otros 17 millones miran como los gatos los filetes de las carnicerías.
¿Quién y cuando encontraremos el camino serio, responsable y urgente para avanzar en paz, con justicia y con un reparto más humano de tanta riqueza acumuladas por tan pocos?
Roberto Muñoz Barra, exsenador, presidente Instituto Estudios
Públicos Social Demócrata