El pasado martes 3 de diciembre, a partir de las 19 horas, se realizó el primer encuentro cultural de música y arte titulado "Arte es resistencia", instancia organizada por César Ibacache y su escuela de música Ángel Piana de Temuco. En la ocasión se presentaron diversas bandas de la escena local, sumadas a otros artistas tanto escénicos como plásticos, quienes realizaron intervenciones a lo largo de una jornada que duró hasta eso de las 3.30 horas de la madrugada.
Uno de los invitados que destacó por su participación en esta jornada, fue Christian Gálvez, destacado bajista chileno y reconocido a nivel mundial por sus pares, quien brindó una clase magistral en la que abordó diversas temáticas relacionadas con la música y la interpretación musical en instrumentos como el contrabajo y el bajo eléctrico.
-¿Cómo te sientes en una nueva instancia en la ciudad? ¿Cómo evalúas el desarrollo de la escena musical local?
-Es un placer, me reencuentro con amigos, son años viniendo. Estuve en la primera etapa de la Escuela Ángel Piana apoyando y empujando el carro de la formación. Viendo en perspectiva, hay un gran avance, aquí se agarró un poco la posta de lo hecho por el maestro Roberto Lecaros, cuando estuvo acá. Me parece que hicimos lo correcto en su momento. Con Marcelo Jara, director de la juvenil de Temuco, tocamos mi concierto sinfónico, entonces hay muchas cosas que me ligan a esta ciudad.
-¿Volverías a repetir una instancia sinfónica como la vivida con la Orquesta Juvenil del Teatro Municipal?
-Este año retomé el concierto sinfónico, espero el próximo año, o el subsiguiente, volver con la orquesta juvenil o la adulta, la que sea, no hago diferencias. Fue sorprendente el nivel, una orquesta que dice ser juvenil pero que suena como una orquesta profesional, tienen mucha experiencia, son disciplinados, estudiosos, fue un gusto tocar con ellos, de las excelentes experiencias que he tenido en mi carrera.
-¿Cómo ves la docencia y la escena de la música en Chile?
-Hay una escena muy viva, jóvenes con ganas de estudiar, con hambre de ocupar un espacio. Veo más compañerismo entre generaciones, abriendo espacio a los más chicos, eso no pasaba antes. Recuerdo a mis 19 años tratando de abrirme un lugar en el Club de Jazz de Santiago, era difícil, había que entrar a codazos. Hoy no, es el mérito, nadie te va a mirar raro si tocas bien. Estoy hablando de hace 25 años. Ahora hay una generación de músicos con otra mentalidad, la escena es muy intensa. Ojo, hay una urgencia de que los cabros aprendan rápido para salir más preparados al ruedo, no es como antes, que te tenían 10 años en remojo para salir a tocar algo. Nuestra generación necesita músicos talentosos, virtuosos y conscientes ahora, no mañana.
-¿Qué dirías a los jóvenes con deseos de aprender y profundizar su conocimiento musical?
-Mi mensaje es que sigan estudiando, trabajando, explotando en ellos sus capacidades. Hay muchos maestros que están en la misión de formar audiencias y nuevos talentos.
-¿Cómo ha sido salir del país? ¿Cómo fue al principio en comparación con ahora?
-Muy sacrificadas las primeras salidas, temeroso y prejuiciado por no tener experiencia. Es lindo estar en países desarrollados donde tienen todo cubierto y las artes en general cumplen su función, que es el deleite de sentidos. No son vistas como una vía de escape, como un panorama, como sucede aquí.
-¿Qué nos trajiste hoy a Temuco?
-Un cuarteto de músicos muy jóvenes y talentosos, exalumnos míos. Nahuel Blanco en contrabajo, Felipe Carrasco en el saxo alto, y Juan Pablo Durán en la batería, todos muy jóvenes. Espero se hayan deleitado con la música, esperamos volver pronto a Temuco.
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"Hay una escena muy viva, jóvenes con ganas de estudiar, con hambre de ocupar un espacio. Veo más compañerismo entre generaciones".
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"Es lindo estar en países (...) donde tienen todo cubierto y las artes cumplen su función, que es el deleite de sentidos. No son vistas como una vía de escape".