Después de cuatro meses de la tragedia carretera ocurrida en Curacautín, apoderados y estudiantes sobrevivientes llegaron ayer hasta las oficinas del Injuv denunciando abandono y discriminación social por parte de la institución.
Esto porque fue el instituto el que arrendó el bus (empresa Luna) que protagonizó el fatídico accidente el pasado 4 de octubre, cuyo chofer (Benjamín Toledo) se encuentra desde diciembre con arresto domiciliario parcial en modalidad nocturna.
En la oportunidad, iban 41 alumnos del Liceo Agrícola San Sebastián de Perquenco con destino a la Reserva Nacional Malalcahuello, sin los permisos firmados de parte de sus padres, y en el kilómetro 40 que une de la ruta Victoria con Curacautín se produjo el volcamiento, falleciendo en el lugar tres estudiantes, mientras que el resto resultó con lesiones de diversa consideración.
En su momento fue el ministro de Desarrollo Social, Sebastián Sichel, quien se comprometió mediáticamente a que el Gobierno acompañaría a las familias para salir adelante, sin embargo, los apoderados y alumnos sobrevivientes declararon con molestia y dolor que aún existen menores esperando una atención psicológica y médica para atender fracturas de nariz, clavícula, costillas y hasta de espina dorsal.
A esto se suma la impotencia de parte de los apoderados por la "falta de responsables tras el accidente", tanto de parte de la investigación sumaria realizada por el mismo Injuv como de la justicia, situación que buscan revertir acudiendo a Contraloría para revisar el sumario interno.
Abandono del INJUV
El lautarino Hugo Álvarez, padre de uno de los niños fallecidos y vocero de los apoderados, criticó la coordinación intersectorial que ha realizado el Injuv en estos meses, así como "la falta de priorización de los estudiantes" y la "ausencia de un mea culpa" de parte del director regional, Stefano Ferrari.
"Hasta el día de hoy, cero aporte, cero ayuda. No hay orden en los protocolos para responder a las necesidades de las familias. El ministro tiene que responder y tienen que dejar de tratar a nuestros niños como si fuesen animales, porque en este caso se hizo una subcontratación y el bus no era lo contratado" , enfatizó.
Respecto de dichas necesidades, Álvarez explicó que las familias "están conformadas por personas muy vulnerables, de escasos recursos, y de sectores rurales, por lo tanto, cuesta mucho llegar a los hospitales y conseguir las horas médicas. Se requiere ayuda psicológica porque el daño ha sido tremendo. Hay niños con depresión que no salen de su casa, otros que no pueden dormir y también casos en donde se han intentado quitar la vida", recalcó.
Injuv
El director del Injuv, Stefano Ferrari, respondió a las críticas de los apoderados reconociendo que la coordinación no se ha realizado directamente con las familias. Por lo mismo, se comprometió a liderar el apoyo y la ayuda, mejorando el seguimiento de cada uno de los casos.
"La reunión fue muy sincera, comprendemos el tremendo dolor que han sufrido las familias. Hemos estado pendiente y realizando las gestiones de las necesidades con el liceo, pero nos dimos cuenta que eso no ha sido suficiente y que hay que mejorar la coordinación para agilizar las atenciones médicas", planteó Ferrari.
En cuanto al resultado del sumario, el timonel del Injuv explicó que tras el resultado -en donde no hubo responsables- se cambiaron los protocolos internos y que hoy existe un nivel mayor de exigencia de manera de evitar que se repita la tragedia.
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"Hemos estado pendientes y realizando las gestiones de coordinación con el liceo, pero nos dimos cuenta que eso no ha sido suficiente".
Stefano Ferrari,, director del Injuv