Natalia Bravo Hodges

Frente a la pandemia de covid-19 y al poco movimiento que esta trae consigo debido a todas las medidas de seguridad que se han implantado para frenar la propagación del virus, los emprendedores locales se han visto en la obligación de tomar nuevos caminos y cambiar su habitual atención personalizada y directa al formato online, a través de diversas plataformas virtuales.

Fortalecer sus líneas de negocios y continuar con la venta de productos de la manera más higiénica y segura posibles, es sin duda una de las principales preocupaciones de las pymes locales, a quienes les queda como única opción promocionar sus diversos productos a través de las redes sociales, para no disminuir sus ventas y despachos habituales.

Es así como reforzar la idea de vender a través de Internet se ha hecho cada vez más común, y esto no viene solo de ahora, pero sin duda que la crisis ha sido un potente motivador para los diez emprendedores que muestra hoy El Austral a sus lectores, pymes de diversos rubros que cuentan cómo ha sido trabajar en tiempos de crisis.

Producción de eventos, matrimonios, bandas en vivos, eventos universitarios y de empresas, entre otros, son los servicios que Sonido Bravo Producciones ofrece a sus clientes. Ya son seis años que de la mano de su dueño y creador, Manuel Lemus, la empresa continúa por buen camino ofreciendo amplificación, iluminación y la producción integral de un evento. El técnico sonidista, por motivos de seguridad, al igual que el resto de los emprendedores, debió optar por otras alternativas para mantener vivo su proyecto, es por ello que continúa trabajando pero desde su hogar, manteniendo activos el contacto con sus clientes antes de la pandemia. A través del Instagram @Sonidobravoproducciones y del Facebook que lleva el mismo nombre, Manuel sigue trabajando, agendando fechas y reprogramando eventos.

Una mujer enérgica y talentosa es Carolina Ziliani, quien de manera autodidacta le dio forma a su anhelado proyecto de pastelería, el cual está enfocado en cada uno de los detalles que requiere la cocina. Con la principal intención de trabajar pero desde su casa junto a sus hijos -quienes son su motor de inspiración- Carolina comenzó vendiendo pequeñas cantidades de cupcakes a sus vecinos y amigos, quienes poco a poco se fueron encantando con los tradicionales pero particulares sabores de sus preparaciones. El proyecto, que comenzó en Santiago, tomó aún más color cuando Carolina se mudó a Pucón junto a su familia, lugar que no tardó en enamorarse de su talento. @Cupcakes House, como se encuentra en las redes sociales, sigue entregando amor y tradición en sus preparaciones.