La crisis social de la pandemia alcanzó al conocido emprendedor temuquense, organizador de la Liga del Asado y amante de la gastronomía, Álvaro Molina, creador y gestor de la Plaza Food Truck de Avenida Alemania.
Este año, en noviembre, su proyecto, el cual trajo desde Brasil en forma pionera a Temuco, hubiese cumplido tres años, sin embargo, las ventas de los carros, las que comenzaron a mermar con la construcción del colector de Avenida Alemania, sumándose posteriormente una reducción horaria por las manifestaciones del estallido social, y rematando ahora con la pandemia, no dieron tregua, y se vio en la obligación de bajar las cortinas definitivamente hace dos semanas, ya que también era el administrador de la iniciativa.
"Este proyecto nació hace muchos años atrás cuando visité Río de Janeiro y conocí las plazas de bolsillo donde habían distintas opciones de comida con variedad de identidad, me pareció que la idea podía replicarse en Chile", cuenta al recordar los albores de uno de sus tres emprendimientos.
Hoy, producto de la crisis, perdió dos de ellos y solo le queda uno vinculado a los asados. Y como es embajador de varias marcas en este mismo ámbito está enseñando a preparar deliciosos asados, como solo él sabe hacerlo, pero ahora por Zoom.
PLAZA FOOD TRUCK
Bajar las cortinas de la Plaza Food Truck no fue fácil para él, ya que el emprendimiento tuvo
dos años muy buenos en sus inicios y los 11 carros que hubo en el minuto de mayor apogeo eran fuentes laborales para varias familias, además de un lindo panorama gastronómico para el sector, siendo sus principales clientes las universidades.
Al respecto, aclara que tomó la determinación porque sin ventas era imposible pagar el arriendo del lugar.
El empuje emprendedor de Molina le permite ver la vida con optimismo, pese a la adversidad, por lo mismo, defiende la memoria de su proyecto, aclarando que nunca fueron amenazados por manifestantes y que en ese tiempo, aunque quedaron "atrapados" siguieron vendiendo pero con un horario más acotado.
"El punto de quiebre de este negocio fue cuando cerraron Avenida Alemania para construir el colector y no hubo medidas paliativas teniendo que enfrentar reclamos de los clientes por el polvo en suspensión. Luego, se vino el estallido social, pero nunca cerramos, lo que pasó es que los horarios se acotaron y tampoco recibimos amenazas de que nos iban a quemar los carros. Quiero desmentirlo porque esa versión nos condiciona políticamente", recalcó Molina, argumentando que ante la contingencia hay que seguir adelante, "reinventarse y no buscar culpables".
Con esta premisa está consciente que para la gastronomía "se vienen meses muy difíciles, ya que todos están haciendo algún delivery, lo que presiona la competencia". Su recomendación: "No quedarse quieto. Reinventarse. Atreverse con un plan de negocios y aprender de los errores y aprendizajes".