Dolores de la clase media
La mayoría de los chilenos se identifica con la clase media, pero las encuestas revelan que esas familias se sienten el sector más desprotegido por décadas. Los gobiernos priorizan programas sociales para ayudar a los más pobres, pero el estrato medio se siente postergado y vulnerable.
En los últimos años se ha hecho recurrente la frase "la clase media sigue esperando", segmento que tradicionalmente no se ha sentido reflejado en los mensajes y discursos, ni en muchas de las medidas que anuncian las autoridades y los políticos. De ahí ha surgido el interés del Gobierno de hacer una serie de propuestas orientadas a este sector, afectado por la depresión económica surgida debido a la pandemia de coronavirus.
Larga es la lista de las inquietudes, algunas de las cuales se expusieron en el denominado "estallido social" del último trimestre del año pasado, pero tal vez los temas más recurrentes son las bajas pensiones, la delincuencia, el endeudamiento excesivo, con el fin de conseguir pagar sus compromisos, los problemas de financiamiento de la educación superior y las dificultades para solventar los gastos de salud, sobre todo cuando alguno de los integrantes debe hacer frente a alguna intervención quirúrgica.
El estudio "Bajo presión: la reducción de la clase media", realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde), afirmó que el 47% de los hogares chilenos es considerado de clase media. Pero indica que ese sector se ha ido reduciendo en los últimos años, mientras la calidad de vida va a la baja.
Lo más probable es que la mayoría de los chilenos se define y se identifica con la clase media, pero a la vez las encuestas revelan que esas familias se sienten el sector que ha quedado más desprotegido por décadas. Los gobiernos priorizan programas sociales para ayudar a los más pobres, pero el estrato medio se siente postergado y vulnerable ante imprevistos, como los altos costos de la vivienda, de la salud, de la educación -sobre todo universitaria- e incluso les golpea muy fuerte la cesantía.
Es usual que frente a la cesantía, un subsidio sea de gran ayuda para una familia pobre, pero para la clase media puede ser una gota de agua frente a su nivel de compromisos. Algunas familias sienten que van perdiendo el estatus que tanto les costó alcanzar, aun a costa de endeudamiento, y que van cayendo en un paulatino empobrecimiento, por lo que esperan que los paquetes de medidas para ese sector anunciados por el Gobierno, realmente las ayuden.