Correo
Un llamado a la paz
El pueblo mapuche es pacífico, y es una manipulación absurda querer vincularlo con la violencia en la Región de La Araucanía. El uso de la imagen del pueblo mapuche por parte de los violentistas es parte de una estrategia para ocultar acciones criminales y atentados de grupos radicales.
La violencia en nuestra Región es responsabilidad de grupos terroristas, y la impunidad de estos grupos es responsabilidad del mundo político al permitir la ausencia del Estado de Derecho. Los violentistas son delincuentes profesionales que lucran de la violencia (robo de madera, extorsión, tráfico de drogas). Su forma de funcionamiento es similar a la de los narcos, operan bajo la lógica de la guerrilla y utilizan el miedo, con atentados terroristas.
La impunidad y efectividad de grupos vinculados al crimen organizado cuenta con la complicidad activa y pasiva de diversos políticos. Hace pocos meses La Nueva Mayoría y el Frente Amplio rechazó el proyecto de ley que buscaba tipificar las usurpaciones. Hace pocas semanas atrás la Nueva Mayoria y el Frente Amplio rechazaron en el congreso un proyecto de ley que buscaba tipificar el robo de madera, elemento que genera utilidades por 20 millones de dólares anuales al crimen organizado. Actualmente la ley de inteligencia está estancada en el congreso, porque la Nueva Mayoría y el Frente Amplio no quieren avanzar.
La Justicia, el Ministerio Público y las policías, que dependen del Ministerio de Interior, también deben asumir su cuota de responsabilidad y tomar acciones para terminar con la impunidad en la Región. Por mandato constitucional son responsables de investigar, procesar y privar de libertad a los autores materiales e intelectuales de todos los delitos que se han cometido.
En relación al caos ocurrido en los últimos días, el lunes de la semana pasada varios municipios fueron tomados por violentistas, y los alcaldes no se atrevieron a pedir el desalojo de sus municipios. Habiendo pasado más de una semana, y por la falta de liderazgo de las autoridades locales, se generó el caos, la violencia entre civiles, expresiones de racismo inaceptables, e incendios.
La agenda indígena debe retomarse desde el Ministerio de Desarrollo Social, incluyendo la representación política de nuestros pueblos originarios, pero en ningún caso debemos confundirlo con el combate al terrorismo y a la violencia. Ambos son temas que deben manejarse por cuerdas separadas. De lo contrario se cae en el juego de los violentistas, y se vuelve a estigmatizar al pueblo mapuche asociándolo injustamente a los hechos delictivos del crimen organizado que busca lucrar de la violencia.
El Estado de Derecho debe imponerse en La Araucanía. El diálogo solo es posible si hay paz y justicia. Hacemos un llamado a la sociedad civil y a todos los políticos a movilizarse decididamente por la paz, especialmente a quienes han sido cómplices y guardado silencio ante la violencia.
Sebastián Álvarez, diputado Andrés Molina, diputado Felipe Kast, senador
Zona de Rezago
Queriendo contribuir al desarrollo regional, en el marco de la propuesta publicada por el core regional Daniel Sandoval, junto a Cristina Silva de la Corporación Araucanía inclusiva, y Vicente Painel, encargado de Derechos Humanos de la Asociación Indígena de Investigación y Desarrollo Mapuche (AID) quisiera exponer que, cualquier plan de desarrollo socioeconómico bajo el concepto de rezago, está destinado a cargar con un estigma social que atenta contra la misma identidad territorial que cualquier ciudadano quiere abandonar al momento de buscar alternativas de inversión que proyecten nuevas oportunidades regionales.
El lenguaje crea realidades y bajo esta lógica me preocupa el cómo construimos discursos públicos que empoderen a quienes más necesitan para así construir enfoques de desarrollo motivadores y no excluyentes.
María Constanza Marchant C. directora Regional de Fundación Promoción y Desarrollo de Mujeres (Prodemu)
Desconfinamiento
Solo en la medida que transcurra el tiempo veremos si el desconfinamiento está funcionando. Asusta ver las noticias del mundo, que muestran que las grandes ciudades europeas desconfinaron antes que nosostros y han tenido que dar pie atrás por los rebrotes del coronavirus.
Indudablemente que todos queremos olvidarnos de esta pesadilla de las cuarentenas y los toques de queda y volver a la normalidad, una normalidad que hasta ahora jamás habíamos apreciado. Y es que algo tan simple como respirar a pleno pulmón por la calle ya no se puede hacer. Y qué decir de ir a un restaurante o buscar una buena película en el cine. Es bueno, sin duda el deconfinamiento, pero ojalá que no resulte adverso al hacerlo tan temprano.
Fernanda Castillo