"La izquierda nunca va a poder darle paz y gobernabilidad a La Araucanía"
Liderar una solución política, social y de eficacia policial que logre superar el conflicto, es el objetivo de Gonzalo Arenas Hödar, el precandidato a gobernador de la UDI, quien fue diputado por el antiguo distrito 48 durante dos periodos (2006-2014).
El abogado, cuya familia pose un campo en Ercilla, está convencido que el nuevo cargo "puede efectivamente lograr un giro respecto del conflicto", ya que gracias al respaldo político entregado en las urnas, "el gobernador podrá sacar al pizarrón y exigir resultados" a tres actores que considera claves en esta ecuación: policías, Ministerio Público y Tribunales.
Arenas es la carta de la UDI y hasta el momento su único adversario es el presidente de la Multigremial, Luciano Rivas, quien va como independiente en el cupo de Evópoli. Y como Chile Vamos no inscribió primarias, está por definirse quien representará al bloque o si RN aparecerá en los descuentos con un precandidato propio.
-¿Qué es lo que lo seduce del cargo de gobernador regional?
-Posibilita enfrentar el mayor desafío que tiene La Araucanía: vivir en paz, en orden y sin violencia, soñando con una Región donde puedan convivir perfectamente mapuches y no mapuches. Estoy convencido que gran parte de la violencia que vivimos hoy se debe a la ineficacia para perseguirla y a la incapacidad para establecer mecanismos de diálogo entre mapuches y no mapuches. Falta liderazgo político y, en ese sentido, creo que la figura del gobernador puede tener un liderazgo político autónomo importante que no dependa del gobierno central ni de las rencillas de los partidos políticos.
-¿Ese liderazgo político puede resolver el conflicto?
-Creo que la figura del gobernador regional puede encauzar un proceso político, social y de eficacia policial porque tendrá el liderazgo y la voluntad política necesarios para lograr la paz en La Araucanía junto con el desarrollo, en un futuro que necesariamente tendrá que ser multicultural. Existe una deuda con el pueblo mapuche, pero eso no justifica la reivindicación violenta que algunos grupos quieren atribuirle.
-Como la eficacia policial dependerá del delegado presidencial, ¿ve un problema en que el delegado y el gobernador no sean del mismo bloque político?
-No, porque el liderazgo no implica tener todas las facultades, implica saber encauzar las fuerzas que conforman el aparato público. El gran problema que existe hoy con la seguridad pública es que hay policías y un Ministerio Público a los que no se les exige políticamente y, por otro lado, hay tribunales de garantía que pueden fallar lo que quieran sin respeto a la ley. Por eso se necesita una autoridad como el gobernador para sacar al pizarrón a estos tres actores, exigir resultados y hablar con sus superiores.
-En esta fórmula ¿cuál sería la relación con Carabineros?
-Les daría mucho respaldo político para cumplir con su labor, por supuesto, con pleno respeto a los derechos humanos y a las normas porque no puede ser que cuando enfrentan a un delincuente sea el carabinero el que se vaya preso. Eso afecta su eficacia y pasan a estar más preocupados de no meterse en problemas que en solucionar problemas. Por otro lado, se necesita reformar sus métodos porque hoy nuestras policías no están organizadas en forma eficaz para perseguir la violencia rural en La Araucanía.
-Habiendo sido usted y su familia víctimas de la violencia rural ¿Impulsaría la reparación que demandan?
-Las víctimas para mí tendrán un lugar fundamental porque yo mismo he sido víctima, el campo de mi familia fue quemado y estuvimos por años con protección policial. Por lo tanto tengo clarísima la angustia y las dificultades que eso implica. Una ley de reparación para las víctimas es fundamental y una persona como el gobernador puede unir a los parlamentarios detrás de ese objetivo. Pero aquí no hay que olvidar que las primeras víctimas de este conflicto son los propios mapuches, quienes en sus comunidades tienen que aceptar a estas bandas que los someten y amenazan.
-No pudiendo este gobierno concretar su agenda prometida para La Araucanía. ¿Cuál es el desafío de la centro derecha?
-Al comienzo este gobierno se tomó muy enserio los problemas de La Araucanía, pero después de la muerte de Catrillanca vino el 18 de octubre y después la pandemia, lo que impidió canalizar una paz institucionalizada en la Región. La izquierda nunca va a poder darle gobernabilidad y paz a La Araucanía porque en su esencia legitima la violencia guardando silencio tras los ataques.
-¿Cómo votará en el Plebiscito?
-Votaré rechazo porque una especie de Big Bang puede llevarnos a situaciones que uno nunca sabe dónde terminan. Creo más en reformas parciales para incluir el reconocimiento constitucional de los pueblos indígenas o los escaños reservados, por ejemplo. La izquierda radical compuesta por el PC, el FA y algunos sectores socialistas buscan refundar el país y eso es dramático.
"El gran problema que existe hoy con la seguridad pública es que hay policías y un Ministerio Público a los que no se les exige políticamente y, por otro lado, hay tribunales que pueden fallar lo que quieran". "Creo que la figura del gobernador regional puede encauzar un proceso político, social y de eficacia policial porque tendrá el liderazgo y la voluntad política necesaria para lograr la paz en La Araucanía".