La emergencia sanitaria que impacta a nuestra Región, país y al mundo entero, sin duda ha significado una profunda reflexión acerca de nuestros hábitos, comportamientos y estilos de vida. La pandemia ha generado que nos replanteemos como individuos y sociedad la forma en que llevamos nuestras vidas, debido a la incertidumbre y temores que conlleva esta crisis.

En ese plano, los líderes de las diversas organizaciones, empresas, instituciones públicas, etcétera, tienen una responsabilidad fundamental para que los efectos de la pandemia no sean mayores a los que estamos viviendo.

Más allá de cómo haya impactado el covid-19 en cada grupo, donde hay muchos negocios y emprendimientos que están seriamente dañado y con un clima de incertidumbre inusual, la forma de gerenciar de los líderes sin dudas requiere de un cambio, sin excepción de la organización en la que nos encontremos.

Según la experta Paola Veloso, de VISMA Chile, "es fundamental a la hora de liderar reforzar los vínculos emocionales con los integrantes del equipo: la empatía es un rasgo que los líderes deben profundizar en estos momentos. La crisis expone nuestros rasgos más fuertes y habrá colaboradores que centren muchísima energía en el trabajo, y otros que se paralicen".

La ejecutiva plantea que cada persona es un mundo, e incluso aquéllos acostumbrados a trabajar de manera remota, hoy se encuentran en muchos casos, con realidades diferentes: haciendo su trabajo mientras deben ayudar a sus hijos con las tareas del colegio, demorando mucho más tiempo en hacer compras, entre otros. Por eso, es necesario entender cuál es la situación emocional en la que se encuentra cada persona, demostrando que realmente nos importan como seres humanos.

La importancia de los líderes de las organizaciones, insistimos, es crucial para mitigar los efectos negativos que produce esta pandemia. Para cumplir este objetivo resulta clave propiciar liderazgos empáticos y centrados en las personas. Solo así se podrá generar un escenario de mayor optimismo y una mirada positiva para hacer frente a esta crisis.

Hoy, a través de este medio, me hubiera gustado referirme exclusivamente a los alcances que pueden tener para La Araucanía los resultados del plebiscito constitucional recién realizado y que abren la posibilidad a que como Región tengamos injerencia en redactar un articulado que signifique prosperar en descentralización y por sobre todo en la resolución del llamado conflicto mapuche.

Podría destacar los escaños reservados que se están definiendo en el congreso y que se entregarán a representantes de los pueblos originarios para participar como constituyentes. Si finalmente se logra un acuerdo en este sentido, será otra buena noticia.

Sin embargo, lamentablemente debo centrar este texto en la violencia que el pasado viernes se desató en Metrenco y que resultó en la muerte de un carabinero, un cabo segundo. Un cabo segundo de origen mapuche, en un enfrentamiento al parecer, con otros mapuches.

Son hechos condenables y que deben aclararse a la brevedad para el bien y tranquilidad de la familia y de toda nuestra Región que está cansada de este clima de desencuentro que pareciera no encontrar solución.

Una situación en la que una nueva Constitución puede ayudar, pero no resolverá, pues debemos ser nosotros los habitantes de La Araucanía, quienes debemos movilizarnos para identificar los puntos de encuentro y enfocarnos en ellos, y a su vez, buscar resolver lo que nos divide.

El pueblo mapuche ha señalado que se debe avanzar en reconocimiento y en derechos políticos. Los escaños reservados son un ejemplo positivo de lo que se puede lograr si hay voluntad política. Pero no basta, hay que traspasar a las otras esferas de esta situación, y que no solo impactan entre las comunidades mapuches o en el sector rural, sino en toda la Región.

Un ejemplo claro es el rol que las forestales deben cumplir en nuestro sistema productivo regional. Hay voces entre ellas que señalan que están dispuestos a conversar y avanzar en las soluciones necesarias. Es una oportunidad que debe aprovecharse con celeridad.

Por eso es que, en estos momentos en que estamos llenos de acontecimientos de gran impacto, debemos enfocarnos en buscar soluciones de fondo a los puntos de desencuentro que permitan avanzar en la paz social, teniendo claro que la violencia no ayuda ni justifica nada, y que la justicia debe operar con prontitud. Porque nuestra Región y sus habitantes así lo exigen, tras demasiada historia de postergación, derechos humanos vulnerados, muertes y promesas incumplidas.

Modesto Huenchunao,

presidente Corparaucanía