El desplome de la confianza en las instituciones que reflejan distintas encuestas que se han realizado en los últimos años, habla de una tendencia y de una crítica social sistémica, que no solo está vinculada a los partidos políticos -que generalmente es donde se concentra la caída de la imagen-, sino que en el conjunto de instituciones, por distintos factores.

Los casos más notorios y mediáticos fueron las colusiones de precios de los pollos, los papeles higiénicos y de los medicamentos, cuyas repercusiones siguen conociéndose, ya que hace unos días se ha anunciado que dos cadenas pagarán compensaciones a algunos de sus clientes. También los escándalos financieros en Carabineros, donde aparecieron involucrados alrededor de un centenar de funcionarios y civiles, y prosiguen las indagaciones por presuntos delitos económicos de un excomandante en jefe del Ejército. Se revelaron hace unos años las denuncias contra sacerdotes de la Iglesia Católica por abusos sexuales y por el mal manejo de investigaciones realizadas por la jerarquía eclesiástica, o el uso fraudulento de beneficios para exonerados políticos, mediante certificados entregados por parlamentarios, falseando esa condición. O el mal uso que algunos parlamentarios han hecho de sus cargos, o los pagos indebidos que recibieron en campañas electorales. La lista de casos podría ser muy larga.

Tras el plebiscito del 25 de octubre, el desafío es resolver temas pendientes que generan malestar ciudadano y que en el último tiempo se han traducido en protestas callejeras. Las instituciones en general deben estar atentas con el fin de proyectar una imagen positiva a la ciudadanía, que se encuentra especialmente sensible a diversos temas que explican su creciente malestar, porque existe la percepción de que los sucesivos escándalos no han terminado necesariamente con sanciones ejemplares.

Para construir el futuro debe tenerse muy presente que la legitimidad es clave. La autoridad está vestida de honorabilidad, pero no basta decirlo, sino que debe ser real. Cuando eso no sucede, la legitimidad retrocede, el terreno cambia y pasa a ser material fecundo para los populismos, el deterioro del debate y de la democracia.

Los distintos comercios de Temuco y de gran parte de nuestra Región, por estos días, estamos viviendo momentos muy amargos. La cuarentena total decretada por la autoridad sanitaria, que ya enfrenta su tercera semana en la capital regional, nos tiene literalmente al borde del abismo.

El sector gastronómico está en el suelo. Restaurantes, cafeterías, el comercio, emprendedores de todo tipo, no tienen posibilidad alguna de abrir a público salvo algunas excepciones. Créditos que no esperan, pagos a proveedores, leyes sociales, arriendos, son parte de los tantos compromisos que hoy no se pueden cumplir y que mantienen al sector en una lamentable situación.

Ya veníamos golpeados desde el estallido social de octubre del año pasado, y con la llegada del coronavirus en marzo de este año, el comercio tuvo que enfrentar una doble crisis, tanto sanitaria y como económica.

Si bien entendemos, que las cuarentenas son medidas extremas que establecen las autoridades para proteger la salud de la población, cabe señalar que desde que comenzó esta pandemia ya se han perdido 120 mil puestos de trabajo en nuestra Región.

El confinamiento total paraliza la actividad económica y, sobre todo, el motor que mueve a cada ciudad, como es el comercio. Por esta razón, extender esta medida por un tiempo excesivo en Temuco será nefasto para nuestro sector y para la Región, ya que tendrá como consecuencia el quiebre de empresas y el aumento inevitable de la cesantía.

Las autoridades deben tomar en cuenta que somos la Región más pobre de Chile y que además, está golpeada por la violencia de carácter terrorista que nos golpea diariamente. Seguir por más semanas con una cuarentena, solo nos llevará a agudizar la crisis económica. La Araucanía está muy lejos de tener el ingreso per cápita de comunas como Vitacura , Las Condes o de otras regiones del país, por ende, necesita con urgencia un trato preferencial.

La desesperación se apodera de nuestro sector, no podremos seguir soportando una semana más con las cortinas cerradas. Hemos cumplido con todos los protocolos sanitarios que la autoridad nos ha exigido para funcionar, hemos sido responsables con nuestros clientes y colaboradores.

Nuestro llamado es al mayor de los criterios y al sentido común de las autoridades, las fiscalizaciones y los controles deben ser firmes en las calles, el autocuidado que debe tener cada persona debe ser estricto y responsable.

El comercio en general y el turismo no son responsables de los contagios de esta pandemia, nosotros simplemente queremos volver a trabajar por el bien de Temuco y de toda nuestra querida Araucanía.

Gustavo Valenzuela Ibáñez, presidente Cámara de Comercio,

Servicios y Turismo de Temuco A.G.

Los equipos de emergencia de la IX Región, municipios y autoridades regionales, se preparan para la temporada de incendios forestales, que cada año se adelanta y se torna más peligrosa y difícil de controlar.

La última temporada dejó un saldo de 31 incendios forestales en distintos puntos de la Novena Región.

Se levantaron 7.500

toneladas de escombros

Cuando ya Temuco retornó a la normalidad tras los daños que dejó el 27F, todavía es posible ver faenas de despeje de zonas donde los escombros aplastaron patios y terrenos. El cálculo hecho por expertos, señala que en la capital regional se han levantado 7.500 toneladas de escombros.

Alerta amarilla en Lumaco y Galvarino por incendios

Bajo alerta amarilla se encuentran las comunas de Galvarino (Cautín) y Lumaco (Malleco) ante el avance descontrolado de los incendios forestales.

Bomberos y efectivos de Conaf trabajan desde hace ya cuatro días en ambas emergencias, sin haber podido controlar las llamas.