Con casi la totalidad de las comunas de La Araucanía enfrentando una cuarentena es evidente que se observa un aumento del uso de dispositivos digitales para estudiar, trabajar, comunicarse y realizar trámites o compras. Proporcionalmente, crece también el riesgo de sufrir estafas por ciberataques, o ser víctimas de ciberacoso. Ambos delitos han ido al alza en Chile desde 2019, de la mano precisamente del aumento de las transacciones digitales y el mayor número de contactos que se establecen a partir de la vía remota.

Las estafas o uso ilícito de datos han subido en 50% y se calcula que en 2020 se registraron 155 millones de posibles ataques digitales a personas y empresas.

Datos publicados en el Boletín de Ciberseguridad del Ministerio del Interior (www.csirt.cl) señalan que fueron detectados casi cien casos de sitios maliciosos, programas con campañas falsas y mensajes peligrosos, destinados a captar datos de los equipos receptores.

De forma paradójica, muchos de ellos llegan como mensajes de alerta (vencimiento, cobro, envío, denuncia, bloqueo y otros) con hipervínculos que redireccionan a páginas riesgosas, simulando ser de bancos, tiendas o servicios.

Frente a esta realidad, las recomendaciones son no abrir mensajes de procedencia desconocida, no marcar enlaces, ni tener contraseñas fáciles de adivinar, así como dudar de los denominados "ofertones", promociones o premios.

Estas recomendaciones son también válidas para enfrentar el ciberacoso, cuyas víctimas más frecuentes son menores de edad, ya sea por ataques como el bullying escolar (un alto porcentaje de las denuncias se vincula a esta causa) o el grooming, que es el abuso sexual cometido por adultos que engañan a través de distintas plataformas. Desde los ministerios de Salud, Interior y Educación fueron entregadas informaciones destinadas a la prevención y a generar una "ciudadanía digital", es decir, comportamientos que sean responsables y cuidadosos con la tecnología (www.ciudadaniadigital.cl). En ambos casos -como en muchos- la clave está en entregar información adecuada y el autocuidado.

Ser líder no es complejo, pero ser mujer a veces pareciera que sí, porque tenemos poca visibilidad; es por esta razón que debemos participar en política. A veces a las mujeres las muestran con poca representación, no solo como votantes, sino que en los puestos directivos o más altos, ya sea en una empresa, administración pública, en el ámbito académico o en el mismo sector privado. Esta realidad hace referencia a un contraste notorio y una brecha significativa entre hombres y mujeres. Por ende, debemos ser agentes de cambios y tener derecho a participar de forma igualitaria que los hombres, en la gobernanza democrática.

Según el documento de análisis del INE titulado "Masculinidad Hegemónica en Chile, un acercamiento en cifras", publicado en diciembre del año 2020, en la última elección municipal del año 2016 se eligieron en las 346 comunas del país un 88% de hombres para el cargo de alcalde y un 76 % para el cargo de concejales. Aunque estas cifras representan un avance en cuanto a la participación de las mujeres en la administración comunal, ya que en 1992 el porcentaje llegaba al 92% de hombres en el cargo de alcalde y al 88% en el caso de los concejales, aún existe una tremenda brecha en la incorporación de las mujeres a los espacios de poder, decisión y liderazgo en las comunas.

Los números recién indicados contrastan con la gran cantidad de mujeres que hoy nos encontramos habilitadas para votar, las que, en las elecciones de Presidente de la República, parlamentarios y consejeros regionales del año 2017, alcanzamos la importante cifra de 7.336.957, según estadísticas publicadas por el Servicio Electoral.

Así las cosas, es imperioso que las mujeres asumamos mayores niveles de participación en la vida pública, ejerciendo nuestro derecho a elegir y ser elegidas, no dejando de ir a votar y animándonos también a competir democráticamente por liderar los espacios de deliberación y de toma de decisiones, solo así tendremos más y mejor democracia.

En efecto, la incorporación de las mujeres en el quehacer público nacional y sobre todo en el local, se traduce en instituciones más robustas. La mirada que aportamos, considerando nuestras experiencias tanto en el ámbito público como privado, es decir, el conocimiento que hemos adquirido por nuestra incorporación en el mercado del trabajo, del emprendimiento, político y también social, sumado a nuestras experiencias de vida como madres, abuelas, dueñas de casa y muchas veces jefas de hogar, nos ha permitido tener mayor claridad de las necesidades de las personas, de las familias, organizaciones y comunidades. La multiplicidad de roles que hoy hemos asumido en la sociedad, nos ha permitido el desarrollo de mayores capacidades creativas e innovadoras para enfrentar los problemas que debemos resolver, siempre complementando la mirada racional y técnica con aspectos emocionales y prácticos que permiten un abordaje más integral de los problemas.

Por todo lo señalado y habiendo tenido la experiencia de liderar la gestión local de la comuna de Villarrica por cuatro años entre 2004 y 2008, invito tanto a hombres como mujeres a confiar en los liderazgos de mujeres para sacar adelante los desafíos que tenemos en las comunas, la Región y el país, lo que sin lugar a dudas mejorará la calidad de la gestión y perfeccionará nuestras instituciones democráticas.

Ingrid Prambs Klocker,

candidata a alcaldesa por Villarrica