Modernización de Carabineros
La policía uniformada requiere dar un giro al devenir de los últimos años y eso lo han reconocido instancias transversales de análisis. Se hace necesario potenciar la percepción de la legitimidad y autoridad del actuar policial.
Carabineros de Chile vive una crisis vinculada a una fuerte caída en la confianza y aprecio ciudadano, casos de corrupción de sus altas esferas conocidos recientemente y cuestionamientos vinculados a su proceder en medio de los operativos policiales que se desencadenaron a partir de la crisis de octubre de 2019 son algunos de los cuestionamientos.
Es un momento complejo que requiere de máxima atención, aunque no es obstáculo para reconocer en Carabineros a una institución que -en su historia- ha sido también destacada por su labor en distintas materias, especialmente asociadas a hacer cumplir la ley, dar eficacia al Derecho y garantizar el orden y la seguridad pública interior en todo el territorio. Al respecto, no se puede soslayar que hasta algunos años era una de las policías más reconocidas a nivel latinoamericano por cualidades como probidad y profesionalismo o por el haber conseguido un efectivo nivel de acercamiento a la ciudadanía gracias a iniciativas como el "Plan Cuadrante".
La policía uniformada requiere de dar un giro al devenir de los últimos años y eso lo han reconocido instancias transversales de análisis, como la convocada por el Senado en noviembre de 2019, de la cual emanó una serie de recomendaciones en torno a la modernización institucional.
Entre ellas, destaca la necesidad de contar con una policía cuyas estrategias de actividad se basen en evidencia científica, que cuente con un personal altamente profesionalizado, con conocimiento y apego irrestricto a los Derechos Humanos y responsable frente a la autoridad civil. Para ello, se abogó por la implementación de altos estándares de transparencia y rendición de cuentas en relación con la ciudadanía, evitando que se repitan episodios tan condenables como los fraudes protagonizados por altos mandos de la institución.
Además, se hace necesario potenciar la percepción de la legitimidad y autoridad del actuar policial.
El desafío modernizador no es sencillo, pues se enmarca en una crisis de legitimidad que afecta a muchas instituciones. Sin embargo, se trata de un imperativo ineludible para Carabineros y el país.