Uno de los temas que tienen en común las comunas de Temuco, Padre Las Casas y Lautaro es el río Cautín. Y fue justamente ese el elemento articulador de una reunión que sostuvieron los recién asumidos jefes comunales de tres comunas de La Araucanía que conviven junto al cauce, quienes conversaron acerca de la necesidad de establecer una mesa de trabajo que permita dar soluciones medioambientales conjuntas en torno al Cautín, y además otras temáticas medioambientales compartidas, como la gestión de los residuos sólidos.

La cita se desarrolló en Temuco y contó con la presencia del alcalde de la capital regional, Roberto Neira; el de Padre Las Casas, Mario González, y el reelecto jefe comunal de Lautaro, Raúl Schifferli.

En ella, los ediles dieron a conocer diferentes ideas y proyecciones, además de compartir experiencias de trabajo planteando la necesidad de asociar esfuerzos para abordar la protección del Cautín y el tema de la disposición de la basura, que en el caso de Temuco debe ser trasladada diariamente a la ciudad de Los Ángeles, con un gasto de más de ocho mil 500 millones de pesos para más de 105 mil usuarios.

Además de compartir miradas en torno a los problemas que afectan a estas tres comunas de La Araucanía, surgió la idea de establecer una asociación permanente, de manera de enfrentar mancomunadamente las temáticas que inquietan a cada una de las zonas, en el entendido que a problemas comunes se deben buscar soluciones conjuntas, toda vez que la interdependencia de cada una de las ciudades de la Región exige respuestas consensuadas, a mediano y largo plazo, que trasciendan a una determinada administración municipal.

De ahí que son altamente valorables los esfuerzos que realizan los municipios de la Región por buscar acuerdos y generar instancias de trabajo asociativo.

Para el año 2050 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) prevé que el planeta alojará a 9 mil 800 millones de personas y que el 85% de esa población vivirá en metrópolis de más de 3 millones de habitantes. Chile ya se transita hacia esa tendencia, con el 90% de los ciudadanos residiendo en núcleos urbanos.

Frente a tal explosión demográfica es que surgen las Smart Cities o Ciudades Inteligentes, las cuales apuntan al desarrollo sostenible utilizando las tecnologías de la información y comunicación (TIC) para crear las condiciones que permitan optimizar el uso de los recursos y mejorar tanto la calidad de vida de las personas como la participación ciudadana.

Según el ranking que realiza Smart City Gouverment cada año, en el año 2020 las ciudades inteligentes más efectivas fueron Singapur, Seúl, Londres y Barcelona. Si nos remitimos a América Latina, Santiago aparece como la ciudad más inteligente de la región, superando en el ranking a Buenos Aires.

Pero la planificación de las ciudades inteligentes, no solo implica semáforos inteligentes, luces led, cámaras con sensores o wifi en cada esquina, en estos tiempos debemos hablar de las Social Smart Cities o Ciudades Inteligentes Sociales, concepto que sitúa a la ciudadanía en el centro de la construcción de las ciudades, logrando un mayor impacto social y empoderamiento de las bases con el desarrollo de políticas públicas para afrontar la brecha a la que se enfrentan los colectivos más vulnerables.

Este es el desafío que debe tener Temuco. Nuestra ciudad figura como la tercera más inteligente a nivel nacional según un estudio de la Universidad del Desarrollo del año 2014. Con este objetivo nació Smart Araucanía, iniciativa liderada por la Ufro, apoyada por BID Lab, Municipalidad de Temuco, Gore Araucanía, Corfo y Everis que conecta a empresas, start-ups, ciudades y ciudadanos, incorporando una visión integral del ecosistema de innovación de ciudades inteligentes, para resolver problemas urbanos a través de la colaboración intersectorial.

Al crear un desafío de base amplia, son las propias comunidades las que tienen la tarea de involucrar a sus vecinos para así identificar sus problemas locales más urgentes de la manera que mejor les parece. Para ello, debe haber una colaboración entre la comunidad local, el mundo académico, los investigadores y el sector privado. Esa estrecha colaboración permitirá identificar desafíos y proponer nuevos enfoques de ciudades inteligentes que resuelvan las problemáticas de las y los ciudadanos.