Durante el invierno del año pasado, La Araucanía llegó a tener varias residencias sanitarias, recintos que fueron habilitados por el Ministerio de Salud ya sea en hoteles o inmuebles similares por el aumento de casos de covid-19 que se registró a nivel local y que hacía urgente el aislamiento de quienes contraían el virus.

Las residencias sanitarias fueron parte de la estrategia para abordar los contagios y ofrecer a las personas que lo requirieran condiciones adecuadas para realizar cuarentenas o aislamientos, seguras y efectivas, acorde a la normativa vigente. Para ellos se acudió a recintos de distintas comunas, con el fin de evitar traslados o lejanía de los hogares de los pacientes o casos sospechosos, quienes de forma gratuita podían cumplir con las condiciones de calidad y seguridad, tanto para la persona que debía cumplir la medida de cuarentena o aislamiento, como para el personal que estaba a cargo de su cuidado.

Mediante esta estrategia se buscó aislar de manera oportuna y eficaz a quienes fueran detectados como casos confirmados, probables o sospechosos, así como a contactos estrechos para covid-19, para así disminuir los contagios.

Hace unos meses, desde el Ministerio de Salud se determinó cambiar el sistema de trazabilidad, incidiendo directamente en las residencias debido al tipo de pacientes que reciben. Anteriormente, estos recintos albergaban a personas consideradas contactos estrechos, quienes habían estado cerca de un paciente positivo y tenían la posibilidad de realizar su cuarentena preventiva en estos lugares, con el fin de determinar si finalmente eran casos positivos.

No obstante, tras el cambio realizado al protocolo se eliminó la categoría de contacto estrecho, siendo cambiado por el de alerta covid.

El cuidado y aislamiento domiciliario de la persona que tuvo contacto con un paciente de covid-19 queda bajo su propia responsabilidad en gran parte de los casos.

Se estima que la ola de contagios se mantendrá al menos un par de semanas más, por lo que es más importante que nunca que la responsabilidad individual responda al bien colectivo y que se redoblen las medidas de autocuidado y prevención de la enfermedad, tales como el uso de mascarilla, el lavado de manos y sobre todo el autoaislamiento en caso de sospechar que hay posibilidades de contagio.

No es una sorpresa despertarnos y enterarnos por los medios locales y nacionales, de alguna situación de violencia que se desarrolló en La Araucanía; quema de camiones e incendios en algunos predios particulares y forestales, son los hechos que se desarrollan con mayor recurrencia, pero lo más crudo, son las muertes de personas mapuche, parceleros y trabajadores locales. Quizás, un motivo que ha acrecentado la compleja situación regional estos últimos años, fue el auge y desarrollo de la industria forestal; la crisis hídrica que golpea al mundo rural o tal vez fue a causa del gobierno de Piñera, quien relegó a un tercer plano a la región más pobre de Chile; quién sabe. Lo único claro es que el tiempo se agota y no veo una solución para la población local.

Cuando pensamos en La Araucanía, debemos hacerlo considerando su diversidad de pensamiento y riqueza cultural. Aún recuerdo cuando el saliente Presidente, el año 2018, propuso cinco grandes acuerdos nacionales en su segundo mandato: por la infancia, por la seguridad ciudadana, por una salud oportuna y de calidad para todos, por la paz en La Araucanía y uno para alcanzar el desarrollo y derrotar la pobreza. En el papel, serán los historiadores quienes escriban cuál de todos estos grandes anuncios fue concretado. Por mi parte, creo que este Presidente hablaba mejor de lo que gobernaba.

Volviendo a los grandes anuncios, es un hecho que no se logró la paz en La Araucanía, ni estuvimos cerca de obtenerla. La receta se trató de repetir, obteniendo el mismo resultado: fracaso, pero ahora con indumentaria militar.

En pocos días asume el gobierno electo con más votos en la historia. Apruebo Dignidad y el Presidente electo Gabriel Boric comienzan desde el 11 de marzo, una administración que espero sea exitosa de inicio a fin. Nuestro Presidente, y digo "nuestro", porque desde Temuco, asumí, apoyé y me comprometí con su programa transformador, no tendrá margen de improvisación, el tiempo y la premura social no se lo permitirán.

Por esto, es que veo con preocupación, la estrategia para abordar el complejo clima existente en mi región, y debo ser sincero, no sé con quién o quiénes se planificó y discutió este método. Me cuesta pensar que rechazar la prórroga del estado de excepción sea lo único preparado. Todos sabemos que un diálogo franco y sin exclusiones, es un componente principal de este nuevo modelo, pero no podemos quedarnos solo con eso. Si la estrategia es mantener el mismo diseño de administraciones anteriores, donde la receta se preparaba en la cocina de Santiago, creo que el menú del día será más de lo mismo; nuestro territorio más que diagnósticos o tesis doctorales, lo que necesita es conocimiento, atrevimiento y valentía.

La Araucanía no tuvo el mismo trato que el que sí se tuvo con las regiones del norte y su problema humanitario con la migración. El gobierno de Apruebo Dignidad le debe instancias de participación a las autoridades locales y fuerzas vivas de la región, independiente de su postura política, creencia religiosa, pueblo o militancia partidista.

Yo creo que el diálogo es para valientes, pero hoy me preocupa que muchos alcaldes no están siendo escuchados, he ahí mi necesidad de manifestar mi parecer, que para poder generar un diálogo fructífero, es necesario sentar las bases de confianza política y social, que hasta el momento no han existido.

Roberto Neira

alcalde de Temuco