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Una cineasta ha asumido la tarea de liderar el desarrollo artístico y cultural en La Araucanía desde la institucionalidad pública. De la mano de experiencias a nivel continental y nacional, esta realizadora aspira a hacer aportes al crecimiento del sector y a abrir el diálogo con artistas, gestores y todos los territorios.
La nueva seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de La Araucanía, Jeannette Paillán Fuentes, proviene del mundo del cine y la realización audiovisual. Desde ese lugar y experiencia asume 1 de abril pasado la misión de implementar las políticas culturales que marcarán el desarrollo local por los próximos cuatro años; dentro de las cuales asume esta tarea con el deseo de dialogar con gestores y artistas, y posicionar "lo mapuche" como un concepto transversal.
Originaria de Nueva Imperial, aunque con casi toda su infancia y juventud las vive en Santiago, esta cineasta formada en Madrid, exdirectora general de la Coordinadora Latinoamericana de Cine y Comunicación de los Pueblos Indígenas, Clacpi, y fundadora del Festival Internacional de Cine y las Artes Indígenas en Wallmapu, FIC Wallmapu, ya está inmersa en el trabajo ministerial. Durante sus primeras semanas no solo se han empapado del quehacer que realiza su equipo, sino que ya sostuvo un primer encuentro con los encargados de cultura de los distintos municipios de la Región.
Consciente de que vienen en camino muchos retos, Jeannette Paillán conversa sobre cómo inicia su camino al alero del actual proyecto de Gobierno y cómo fue su pasado como gestora cultural.
EXPERIENCIA
- Seremi, ¿qué tan sorpresiva fue su designación como seremi de las Culturas? Y ¿por qué decidió aceptar esta responsabilidad?
- Fue muy sorpresiva y no es algo que yo me hubiese imaginado. Quizás en otro momento de mi vida. Coincidentemente me llegaron varias ofertas de trabajo y eso me hizo pensar que sí quería aceptar este reto. La propuesta apareció justo cuando estábamos en el marco de nuestro festival de cine y, a pesar de ello, pude darme cuenta que el Gobierno estaba asumiendo un desafío y una mirada distinta en la relación con los pueblos indígenas y, particularmente, con el mapuche. Pensé que asumir este cargo me permitiría hacer un aporte significativo y representaría un desafío mayor; más cuando conocía el ámbito de la gestión cultural, conocía a los artistas y también porque soy parte de otras instancias que trabajan en pro de la cultura y las artes. Sentí que podía contribuir.
- Es conocida como una gestora cultural que viene del ámbito del audiovisual y, mejor aún, de instalar en la cartelera nacional el FIC Wallmapu. ¿Cómo fue el proceso de emprender y darle continuidad a un festival de cine?
- El FIC Wallmapu surge de un relato que viene trabajándose en la red continental Clacpi de la cual fui coordinadora. De hecho, yo dejo la coordinación general justamente para asumir el reto pendiente de implementar un proceso en materia de cine y comunicación en nuestro territorio. Lo sentía como un pendiente porque yo había dado acompañamiento en Guatemala, Ecuador y Colombia, había participado de otros procesos en Bolivia y sentía que tenía las suficientes herramientas como para proyectar algo similar. Clacpi trabaja procesos, no solo eventos. Los festivales terminan siendo una excusa para impulsar procesos de comunicación. Confiados y con la calidad que, desde el cine, las artes y la cultura, siempre se pueden colocar temas importantes para los pueblos indígenas sentía que podía darse en el Wallmapu. Costó más de lo que imaginé. Los primeros años fueron muy duros en el sentido que tocábamos puertas y lo mapuche generaba desconfianzas, sobre todo, en las instituciones y las autoridades. Pero eso confirmaba que era algo que debía hacerse (…).
- ¿Qué opinión tiene del cine y la producción audiovisual en Chile y América Latina?
- Creo que ha cambiado. Yo vengo de los 90 y por lo que veo en la actualidad hay mayores oportunidades, entre comillas, sobre todo porque hay muchas más posibilidades de formación y hoy existen diferentes etapas que te permiten como realizador hacer que tu proyecto vaya creciendo, porque hay instancias donde postular antes de producir. Me refiero a los independientes no las mega productoras. La industria está también más estable, más precisa. Antes solo los megaproyectos y grandes productoras con equipos podían entrar. Eso ha cambiado, la industria es más flexible y los formatos son mucho más flexibles. Lo que sí siento es que hay países como México y Colombia que están más avanzados, que tienen políticas públicas que permiten a comunidades y organizaciones producir sus propios contenidos; Bolivia también lo tiene con apoyos internacionales. Y en el caso de Chile estamos al debe, sobre todo porque todo lo que hay es siempre de mucho esfuerzo.
- ¿Existe una brecha muy importante entre el cine tradicional y aquel que se enfoca en las culturas originarias?
- Sí, yo creo que todavía. Sin embargo, el mundo indígena ha reflexionado mucho sobre lo que quiere proyectar en las pantallas, sobre todo, cómo quiere ser visto. Sin duda, hay una reflexión sobre otros temas, no solo lo territorial. Han surgido nuevos relatos como las diversidades sexuales y también los problemas que se dan al interior de las propias comunidades, por ejemplo, la violencia contra niñas, niños y mujeres. Por otra parte, también creo que los realizadores que abordan las temáticas indígenas se han quedado en aquellos temas que son más fáciles de digerir, como las demandas territoriales y la cosmovisión. Pese a ello, siento que se va a diversificar (…). Y está el tema sobre la propiedad intelectual, porque muchas historias son historias colectivas, no necesariamente de un director o de un guionista. Ya no basta con dar los agradecimientos. Hoy se habla de cocreación.
- ¿Quién asumió la posta de la coordinación general del FIC Wallmapu?
- Bueno, el FIC Wallmapu siempre fue un equipo, lo conversamos así desde un principio. El cine y los festivales son trabajos colectivos y la apuesta va en esa dirección con este festival. Por lo tanto, hoy queda un equipo que está a cargo y todavía está en este proceso de ajuste.
GESTIÓN
- Seremi, el Gobierno está aún está en proceso de instalación, en una tarea que casi no tiene un espacio inducción y que es como subirse a un vehículo andando. ¿Cómo se ha llevado con esta responsabilidad y cuáles diría son sus propósitos para el primer año de gestión?
- Recibí un primer súper consejo, que primero conociera cómo funciona la secretaría, que conociera a los funcionarios y me empapara del proceso de trabajo. Más cuando desde el nivel central hay una buena impresión del trabajo que realizan los funcionarios y profesionales de esta repartición. Por supuesto, uno viene con ciertas aspiraciones, pero también hay que decir que asume un programa que se diseña de un año para otro. Aquí no hay una improvisación. Sí creo que hay asuntos que se podrán intervenir, especialmente de cara al próximo año, mirando ciertos elementos a modificar, fortalecer o implementar, sobre todo en una Región donde la situación mapuche es uno de los grandes temas. Desde el quehacer de esta oficina se aspira a ello y estamos convencidos que podemos hacer esos aportes. En este Gobierno está el deseo de pensar una política distinta, más próxima y dialogada.
- ¿Ha podido reunirse con los gremios del arte? Si es así: ¿qué le han planteado para esta gestión?
- Todavía no. Ahí me siento en deuda porque no he podido reunirme con todos ellos y por diferentes razones. Sí han venido a visitarme representantes del Centro Cultural Frontera que ha tomado la continuidad de aquella demanda por un centro cultural para Temuco. A mí me interesa dialogar. Yo tuve la oportunidad de conocer los distintos territorios con el FIC Wallmapu y mi interés es poder sostener un diálogo y recoger las aspiraciones y deseos del medio regional.
- Hace poco sí se pudo encontrar con los encargados de cultura de las comunas de la Región. ¿Qué surgió de esa convocatoria?
- Esta es una Región súper empobrecida. La cultura lamentablemente no cumple un rol protagónico y nos perdemos la posibilidad de implementar políticas que permitan un trabajo también más digno. Es algo que he repetido. Yo pensé que solo me iba a enfocar hacia afuera, a las demandas de los artistas, de la gente del quehacer cultural, pero también la cultura en términos generales y transversales a nivel país está pasando por un mal momento. Hay presupuestos acotados que no permiten levantar procesos y lo que hacen finalmente los encargados de cultura es ocuparse de hacer "el evento"; existen algunos que cumplen más de una función, y están quienes no tienen equipo de trabajo para implementar planes distintos. Gestionar el arte y la cultura para algunos lugares todavía es algo inalcanzable. Y los encargados de cultura son los que conocen mejor a sus comunas, podrían estrechar las brechas y generar acceso a bienes y obras culturales.
- ¿Es posible para esta secretaría ministerial hacer un aporte para cambiar esta realidad?
- Creo que sí. De hecho, se recogieron las demandas, donde la principal es la falta de financiamiento, donde se espera más aportes de los municipios y del Gobierno Regional; que ese 2% del presupuesto se ocupe realmente en cultura y no en otra cosa. Y desde acá estamos viendo cómo apoyar, sobre todo, cuando lo otro que se pide es formación, se pide mucha formación. Al llegar aquí pude notar que Malleco es la provincia que menos proyectos ganados tiene. Allí hay una brecha de postulación a los fondos de cultura. Es otro tema a abordar.
- Hace muy poco esta seremía lanzó el programa de festejo del Mes del Patrimonio. ¿Cómo se encuentra la Región en cuanto a retos patrimoniales?
- Lo primero que diría es que en esta seremi existe un director de patrimonio, con quien hemos hablado y estamos en sintonía. Esa una gestión que corre en forma paralela. Ahora, respecto del patrimonio hay un avance en cuanto a que hoy se habla de patrimonios, lo que dice que estamos frente a un Chile diverso, que presenta diversas realidades y pueblos que lo conforman. Creo que este nuevo desafío país, con la apuesta por una nueva constitución donde se plantea un Estado plurinacional e intercultural, abre muchas posibilidades de replantear algunos conceptos e ideas acerca de cómo se entiende el diálogo con las comunidades, y la participación de estas en la toma de decisiones y la aplicación de ciertas legislaciones que se intentan evadir, como el Convenio 169. Hay legislación en este sentido y este nuevo Chile, más allá de lo que ocurra con algunos procesos políticos, no tiene vuelta atrás; donde es importante el diálogo intercultural. Desde nuestra ministra y el Gobierno, en ese sentido, está el firme propósito por la descentralización para abordar la realidad de cada territorio de manera particular.
- A nivel de políticas artístico-culturales y fondos, ¿habrá novedades en el corto, mediano o largo plazo?
- A corto plazo está difícil lograr propuestas significativas, lo que sí yo aspiro a que en esta región se dialogue un poco más términos de que ciertos programas interculturales con pertinencia territorial, porque estos no conversan con otros programas y de alguna forma vamos a tratar de empujar este proceso, porque hay voluntad y consciencia que en esta mirada con pertinencia territorial lo mapuche sea reconocido como un elemento transversal y que proviene de pueblos preexistentes. No puede ser que exista un programa de pueblos indígenas y todo lo demás se haga de manera generalista. Voy a tratar de empujar también lo inclusivo y el tema de género como conceptos transversales.
"Pensé que asumir este cargo me permitiría hacer un aporte significativo y representaría un desafío mayor; más cuando conocía el ámbito de la gestión cultural, conocía a los artistas y también porque soy parte de otras instancias que trabajan en pro de la cultura y las artes".
"El mundo indígena ha reflexionado mucho sobre lo que quiere proyectar en las pantallas, sobre todo, cómo quiere ser visto. Sin duda, hay una reflexión sobre otros temas, no solo lo territorial. Han surgido nuevos relatos".
"Hay presupuestos acotados que no permiten levantar procesos (…). Gestionar el arte y la cultura para algunos lugares todavía es algo inalcanzable. Y los encargados de cultura son los que conocen mejor a sus comunas, podrían estrechar las brechas y generar acceso a bienes y obras culturales".