Tan pronto llega septiembre y la primavera comienza a manifestarse en plenitud en el sur del país, afloran las molestas alergias en un porcentaje importante de la población.

Se trata de una serie de molestias que surgen como una respuesta inmunológica o defensiva del cuerpo de algunas personas frente a una sustancia que, por norma general, no genera ningún tipo de reacción en la población, y que es provocada por el polen, que es la partícula que emiten las plantas para fecundar.

Las molestias que las alergias pueden provocar afectan a diferentes partes del cuerpo como los ojos, la nariz, garganta, pulmones o la misma piel, y se manifiestan generalmente como cuadros de conjuntivitis, irritación de nariz y garganta, congestión nasal y estornudos, y en casos más complejos, con dificultad para respirar, siendo cuadros más comunes los ojos llorosos y el ardor nasal y de garganta.

Si bien la llegada de la pandemia de covid-19 mermó las actividades al aire libre, restringiendo la vida de las personas al interior de los hogares, hoy es factible recuperar esos espacios de recreación. Sin embargo, es importante tener claro que aquello se debe hacer con responsabilidad y evitando los contagios de coronavirus, cuyos síntomas, incluso, podrían confundirse con los de la alergia.

Actualmente la farmacología presenta una serie de medicamentos que ayudan a hacerle frente a las alergias, disminuyendo los efectos que producen en el cuerpo y minimizando la sintomatología. Sin embargo, es necesario que sea un médico quien examine al paciente, solicite los exámenes correspondientes y luego entregue la receta con las indicaciones necesarias para realizar un buen tratamiento.

De ello dependerá sortear sin mayores complejidades el cambio de estación.

La respuesta fue contundente en todo el país y especialmente en La Araucanía, la segunda región con mayor Rechazo, después de Ñuble y seguida por Maule, Biobío y Los Lagos. Las 32 comunas dijeron Rechazo a la propuesta constitucional emanada de una convención que olvidó lo que la gente pedía en las calles y quiso imponer su rabia.

Ahora, con la pelota en el piso hay que reiniciar este proceso, buscar lo mejor para el país y agradecer que la memoria no abandonó a los chilenos que en los últimos tres años vieron que el país se acercaba cada vez más al caos. Inseguridad, desempleo, resentimiento, división y una economía deteriorada que necesita de todos para mejorar. Con paciencia. El estallido social nos afectó, la pandemia nos aniquiló y la inseguridad política puso la guinda a la torta.

Hoy estamos escribiendo otro capítulo. Un capítulo en el que no solo escriban los de un lado o del otro. Un capítulo que nos lleve al crecimiento social y económico. Todas las ideas cuentan, sin odios ni espíritus revanchistas.

Insisto en que el pecado fue la soberbia y no debemos permitir que esto vuelva a suceder. El resultado del plebiscito de entrada y ahora el de salida no son capital político de ningún partido. Chile necesita un cambio y todos lo sabemos. Ahora hay que trabajar de manera sensata para dejar de lado los egos y buscar lo mejor para el país, acorde al mandato de la ciudadanía que emanó del plebiscito de entrada. El 25 de octubre de 2020 votaron 7 millones 542 mil 952 personas, de las cuales el 78,28% se inclinó por redactar una nueva constitución, versus 21.72 que quería mantener la vigente, que digámoslo, hacía tiempo había dejado de ser la Constitución de Pinochet, con la firma del ex Presidente Ricardo Lagos.

El domingo, más de 13 millones de chilenos fueron a votar y más de 7 millones 880 mil lo hicieron por el Rechazo… más que el total de personas que participó en el plebiscito de entrada… Nada que decir, la voluntad de la ciudadanía es clara y el actual gobierno no es el dueño de la pelota.

Presidente, no le tenga miedo a venir a La Araucanía y de paso haga trabajar a su delegado.

Creo que hoy, además de los necesarios cambios de gabinete que se materializaron, se requiere también una revisión a las delegaciones presidenciales, que son las que con mayor fuerza pueden impulsar el desarrollo, canalizando bien la inversión, apuntando a las áreas que hoy son riqueza dormida y sobre todo otorgando seguridad. La Región no saca nada con tener un buen presupuesto, si las empresas no quieren participar en las licitaciones por temor a los ataques, mientras los privados, temen invertir y que su esfuerzo se transforme en cenizas ante el nulo accionar de quienes desde el Gobierno deberían garantizar las condiciones para que logren desarrollar sus iniciativas y aportar así al desarrollo de la hoy región más pobre del país.