"Me siento contenta con mi trayectoria y estoy volviendo a soñar"
Artista temuquense del diseño con presencia en la Gala de Viña del Mar 2023 y en Chile Fashion Week 2024, supera hoy los 16 años de trayectoria. Comenzó creando collares de tela y hoy produce vestidos de novia, de fiesta y trajes sastre para mujeres. Su norte es reabrir la tienda e incorporar nuevas tecnología a su proceso creativo.
Impulsada por sus propias clientas, que comienzan a etiquetarla en redes sociales, la diseñadora temuquense Jessy Molina Gutiérrez se convierte en una de las invitadas al reciente certamen Chile Fashion Week 2024, donde pudo mostrar su sello creativo en la categoría novias.
La vitrina nacional es sólo una de las variadas instancias a las que, poco a poco, va llegando esta diseñadora regional y fundadora de la marca Chocolate Amargo, quien ha construido una trayectoria que hoy supera los 16 años y en la cual la moda femenina es el motor de todo su trabajo.
"Chile Fashion Week fue iniciativa de un diseñador venezolano que movilizó a creadores de norte a sur y que se dividió en categorías que iban desde vestidos de novia hasta fotografía y estilismo. Mis propias clientas me animaron a participar. Cuando vi que había nombres conocidos entre los participantes acepté. Fui a concursar. Como la mayoría de los diseñadores de vestidos de novia eran diseñadores que trabajaban para misses, pensé cómo destaco en la pasarela sin tanto brillos ni bordados. Así que trabajé con transparencias y en un concepto bien minimalista. Me pidieron tres vestidos originales y eso mostré. Estuvo bien, pero no la verdad es que quedé contenta con el resultado del evento", relata Yessy Molina.
HISTORIA
Instalada con un taller de confección en la calle Hochstetter de Temuco, luego de cerrar su tienda física por razones de salud, esta diseñadora temuquense asegura que está en una nueva etapa de su vida personal y profesional, una que ahora la tiene muy entusiasmada, soñando otra vez y a las puertas de incorporar nuevas tecnologías a su quehacer.
"Yo comencé con la confección y venta de accesorios el año 2008", relata Jessy, "cuando aún era estudiante de diseño en la Universidad Católica de Temuco, y poco antes de partir a perfeccionarme en vestuario a Santiago. En es tiempo estaba trabajando mi tesis, cuando la universidad ofreció a los estudiantes organizar en una primera feria de diseño. En esa ocasión decidí hacer collares de tela y me fue muy bien. Entonces, vi una oportunidad, creé una cuenta Facebook y busqué un nombre para mi emprendimiento que no me encasillara en algo específico. Así nació Chocolate Amargo".
Dieciséis años más tarde esta marca regional cuenta con clientas que abarcan un vasto territorio que va desde Santiago a Punta Arenas, mujeres a las cuales les gusta la moda, y que calzan en un generoso rango que edades va desde los 23 a los 65 años, grupo que cada segundo semestre se multiplica durante la temporada de graduaciones escolares; y para las cuales Chocolate Amargo ofrece un sello que aboga por el color, las formas femeninas, los diseños que acentúen las siluetas y que irradien originalidad.
Moda hoy
"Hoy me concentro más que nada en crear vestidos de fiesta, vestidos de novia y trajes sastre", acota Jessy Molina, quien destaca que en lo que a novias se refiere su sello pasa por diseñar cortes fluidos, livianos y que representen comodidad. "Aquí se dan mucho las faldas livianas y creaciones como colas desmontables. La idea es que un vestido se pueda transformar".
Muy en sintonía con su forma de ver a las novias a través del diseño está la forma de ver la moda que tiene esta creativa de Temuco. A su juicio, el diseño de vestuario hoy es muy cambiante y eso se debe al fenómeno del fast fashion, sin embargo, su visión se sustenta en crear prendas que tengan vida, que se puedan reutilizar y combinar.
Y en cuanto a tendencias, opina, "aquí en el sur como en otros lugares las clientas son las que mandan, porque ellas ven las tendencias, pero no toman todo lo que se les muestra. Diría que, en los últimos dos años, por ejemplo, las chicas de cuarto medio están apostando por diseños minimalistas, piezas muy simples. Y en general, como que las clientas están un poco saturadas de los brillos y bordados".
Luego de 16 años de trabajo, Jessy Molina cree que ha llegado el momento de hacer cambios para mejor. "Hace un tiempo cerré mi tienda por temas de salud. Esta etapa ha permitido replantearme y pensar en cómo quiero seguir adelante. Me siento contenta con mi trayectoria y estoy volviendo a soñar. Me di cuenta que como estaba funcionando no iba a poder continuar creciendo. Por ello quiero trabajar cada vez mejor. Y en este replantearme he decidido incorporar nuevas tecnologías. Puntualmente, empezar a emplear un software para modelar patrones que me permitirá ganar tiempo y espacio".
Esta creativa también se plantea reabrir la tienda física, pero esta vez, dice, de la mano de colecciones y trabajos a pedidos limitados. Por ende: hay "Chocolate Amargo" para rato.