El alcalde de Temuco, Germán Becker, anuncio ayer que tiene en estudio el nuevo valor de las patentes de vehículos para 1980 y que consideraba seriamente una rebaja de estos costos, que podría proyectarse en un 30%. La nueva Ley de Rentas Municipales señala que será privativo de los municipios fijar los valores.

Embajada solicita investigar los "billetes brasileños"

El enigmático caso de los billetes brasileños abandonados en plena Avenida Alemania de Temuco podría llegar a la justicia en los próximos días. Y es que la cónsul honoraria señaló que el hallazgo fue informado a la embajada de Brasil en Santiago y al Consulado General.

Se solicitará investigar el caso.

En 70% bajaron las visitas de turistas a La Araucanía

Los incendios forestales, los cortes del suministro eléctrico en la zona lacustre y el recrudecimiento del conflicto incidieron en las bajas cifras del turismo correspondiente a enero, al punto que se estimó en un 70% la baja de visitantes a la zona. Esta crisis económica repercute también en servicios y en el comercio.

En las faldas del Cerro Ñielol, ícono de la ciudad de Temuco, hace más de 100 años, y gracias a la presencia de la Gruta de Lourdes, se recuerda que un 11 de febrero de 1858, tres niñas, encabezadas por Bernardita (Bernadette) Soubirous de 14 años, salieron de su casa en Lourdes (Francia) para recoger leña. Camino al Río Gave, pasaron por una gruta natural donde Bernardita escuchó un murmullo y divisó la figura de una joven vestida de túnica blanca, muy hermosa, ceñida por una banda azul y con un rosario colgado del brazo. Se acercó y comenzaron a rezar juntas, para luego desaparecer. Es así como por un período de 5 meses, la Virgen se le apareció a la niña, en medio de multitudes que se acercaban para rezar y observar a la hermosa señora, pero la Virgen sólo se le aparecía a la niña. En reiteradas ocasiones, Bernadette fue víctima de desprecios y burlas por parte de las autoridades eclesiales y civiles de pueblo, pero la niña se mantuvo firme en su fe mariana sobre todo en el especial pedido que la Virgen le había encargado: la construcción de una capilla sobre la gruta y la realización de una procesión.

Por esta misma razón, desde el nacimiento de la Gruta de Lourdes en la ciudad de Temuco, gracias a la labor de las religiosas de la Providencia, quienes erigieron este lugar para la oración de las niñas de su colegio, podemos contemplar cómo en las faldas del cerro Ñielol muchas personas sencillas llegan a presentar su oración al Señor, a través de María Santísima. Y es que la Virgen se apareció en un sector apartado de la montaña (pirineos franceses) a personas sencillas, que sin duda necesitaban su intercesión maternal. En la imagen maternal de María siempre encontraremos acogida y cercanía. Por eso estamos llamados a perseverar como Bernardita y como los discípulos que, en los inicios de la Iglesia, perseveraban en la oración junto a ella (Hechos 1,14); quien con su sola presencia les recordaba y hacía presente a Jesús. María fue el sagrario viviente que portó a Jesús en su seno. Entonces, ¡cómo no pedir la gracia de imitarla¡, para que al igual que Ella portemos a Cristo a los rincones más apartados, como partió Ella la montaña de Judá, presurosa a casa de Zacarías (Lc 1,39). En los Pirineos, y en nuestro simbólico cerro Ñielol.

Por eso, con nuestra señora de Lourdes, perseveremos en la oración por cada uno de nosotros y por nuestro país. El Papa Juan Pablo II, el año 2002, en su carta apostólica Rosarium Virginis Mariae, en la que nos propuso los Misterios Luminosos, ofreció una meditación sobre la importancia del Rosario, planteando que "por su naturaleza el rezo del Rosario exige un ritmo tranquilo y un reflexivo remanso, que favorezca en quien ora la meditación de los misterios de la vida del Señor, vistos a través del corazón de Aquella que estuvo más cerca del Señor, y que desvelen su insondable riqueza…" (RVM n. 12).

Por eso en este tiempo tan complejo de comprender y con tanto aún por resolver, queremos orar con la sencillez y perseverancia de Bernardita para así renovar nuestro servicio misionero para que Chile sea realmente una "mesa para todos".

Hace años y con lapsos entre medio, dos ministros de Educación fueron acusados constitucionalmente y se les obligó a dejar el cargo: Yasna Provoste, actual senadora; y Harald Beyer, actual rector de la Universidad Adolfo Ibáñez.

Con la ventaja que dan los años, queda la misma impresión forjada en aquellos días: se trató de acusaciones que buscaron desestabilizar a los gobiernos (Bachelet I y Piñera I), más que denunciar los presuntos ilícitos o faltas graves cometidos por ambos exsecretarios.

Considerando estos casos y lo apreciado desde el 18 de octubre, queda la convicción que la práctica de acusar -contemplada en nuestro ordenamiento jurídico- ha sido usada más bien con tales fines de corto plazo, igual que lo ocurrido con las interpelaciones. La mayoría busca solo provocar daño a quien esté gobernando y cuando las cosas son así, no importa si los fundamentos de lo acusado tienen solidez.

Debe recordarse que hemos tenido un verdadero desfile de interpelaciones en las últimas semanas, incluyendo a Ignacio Briones, ministro de Hacienda y María José Zaldívar, ministra del Trabajo, quienes llevaban apenas días en el cargo.

Como se sabe, el Senado rechazó el martes, con 18 votos a favor, 15 en contra y dos abstenciones, la acusación constitucional contra el intendente de la Región Metropolitana, Felipe Guevara, luego que la Cámara la aprobara por una estrecha diferencia.

Dos parlamentarios de la DC - Jorge Pizarro y Carolina Goic- se abstuvieron con el argumento que la acusación "es netamente política" y que "ha sido evidente la debilidad de las pruebas que se han entregado". El senador del Partido Socialista Carlos Montes, también se refirió a que dicha acusación "no daba el ancho" para ver el problema "de fondo" del país.

¿Cuál es el objetivo, entonces?

Seguramente lo descrito más arriba: ganar pequeñas pugnas ante el adversario político, pero abriendo peligrosos espacios de deterioro en la convivencia y las formas republicanas.

Ocho de cada 10 chilenos esperan consensos de los parlamentarios (los mismos que tienen un respaldo del 3%), aquello debe estar en el centro del análisis.