Correo
Rol del Estado
Los que están por el rechazo a la dictación de una Nueva Constitución Política, como los que denodadamente luchan por el liberalismo extremo, perseverarán por la mantención de un estado subsidiario, donde el ordenamiento jurídico superior limite la acción del mismo solo a aquello que la iniciativa privada no pueda o no quiera emprender, sin consideración a si están o no cubiertas las necesidades básicas de la población en salud, educación, previsión, vivienda, etc.
Esa es la discusión de fondo, no nos confundamos, veamos dónde en la actualidad está puesto y por resolverse la aplicación en serio del principio de solidaridad y justicia social.
Es fácil adornar las posturas políticas por parte de políticos de derecha, grandes empresarios y representantes incluso de empresas extranjeras. Se habla por parte de éstos que será la ley común la que subsanará la inequidad social actual, pero cuando se ha tratado de legislar al respecto, para limitar la voracidad del gran capital dominador hoy por hoy de todo el quehacer económico y social del país (agua, luz, gas, electricidad, salud, previsión, etc…), inmediatamente se recurre a la camisa de fuerza consagrada en la actual Constitución Política, mediante la exigencia de los dos tercios constitucionales para aprobar cualquier iniciativa legal o bien a la inconstitucionalidad del proyecto de ley respectivo.
Un Estado Solidario o de Bienestar, en un régimen democrático, es la respuesta a las necesidades básicas y elementales del pueblo chileno. Es y resume el anhelo y la esperanza del estallido social de octubre de 2019. Por ello el camino diseñado debe conducirnos al "Apruebo", a una "Convención Constituyente" y a un "Nuevo Ordenamiento Jurídico Superior" (Nueva Constitución).
Carlos Reyes Hernández
En la duda, abstente
El triunfo del Apruebo en el plebiscito constitucional podría acarrear algo beneficioso para Chile. Sin embargo, las incertidumbres sobre lo que podría ocurrir en caso de que tal opción se impusiere son infinitamente mayores que las certezas, pues se desconoce cuál sería el contenido de una nueva Constitución redactada "a partir de una hoja en blanco". La opción Rechazo, en cambio, ofrece la certeza de algo conocido: la Carta Fundamental actualmente vigente, que puede ser reformada según sus propios preceptos (ella suma más de 200 reformas a través de 39 leyes; no es una Constitución rígida o pétrea).
Como escribió Patricio Navia en una reciente columna: el proceso constituyente que se iniciaría en el caso de que ganase el Apruebo en el plebiscito del 25 de octubre implicaría una serie de riesgos que podrían llevar al país por el sendero de crisis e inestabilidad por el que ya transitan muchos otros países de América Latina. Cuando uno se enfrenta a una decisión en la que el valor de lo que se podría perder es sustancialmente superior al valor de lo que se podría ganar; cuando los riesgos y costos superan las potenciales ganancias, lo más razonable es no embarcarse en esa aventura.
Como reza el aforismo jurídico latino "in dubiis, abstine" (en la duda, abstente).
Adolfo Paúl Latorre
Prevenir la otra pandemia
La pandemia por covid-19 ha alcanzado a más de 30 millones de personas en el mundo, de las cuales un millón y fracción han fallecido. Los países han adoptado distintas estrategias para hacer frente a esta amenaza, siendo las cuarentenas totales o selectivas, la principal medida de contención, mientras no se cuente con una vacuna eficaz que esté disponible para toda la población susceptible.
Si bien hoy existe una carrera para desarrollar nuevas vacunas, su producción y distribución en cantidades suficientes para responder a la demanda mundial, tomará tiempo. Mientras tanto, no hay ningún país que pueda sostener a toda su población encerrada en sus casas durante dos años.
Lo razonable -entonces- es aprender a convivir con el virus SARS-CoV-2, minimizando su impacto. Internalizando las medidas sanitarias que sabemos hasta ahora son eficaces. Y esto no tan solo en casa, sino en todos los espectros de nuestra vida cotidiana.
Sabemos que lo que está sucediendo actualmente terminará por delimitar el impacto del covid-19 sobre las generaciones futuras.
Tenemos que diseñar estrategias adecuadas para controlar no solo la propagación del SARS-CoV-2 y salvar vidas, sino para prevenir una crisis social en el mediano plazo mediante la protección de los intereses de las familias más vulnerables.
Manuel José Irarrazaval, U. San Sebastián
Plebiscito
La irresponsable elite política sigue adelante con su calendario de votaciones sin importarle la salud de los chilenos.
Hoy que Santiago ha bajado sus contagios, pero el sur ha subido a sus máximos. No pareciera que la elite vaya a desplazar este plebiscito.
Los del sur nada valemos para esa elite. Si realizan el plebiscito, con este nivel de contagios, es una irresponsabilidad.
Jorge Porter Taschkewitz