"Hay un clamor de renovación de caras, la idea de que se vayan todos y que vengan otros"
Critica el pasar de las encuestas, también la franja, desmenuza la "confusión" Apruebo-Rechazo, aborda una división en Chile Vamos y la fragmentación del Frente Amplio. "Estamos viviendo un punto muy bajo de nuestra clase política", dice.
Se acerca el momento en que se cumpla un año desde el "estallido social" de octubre de 2019 y también la realización del plebiscito que decidirá si se aprueba o no una nueva Constitución y cuál será el órgano que eventualmente deberá redactarla. Circulan diversas encuestas, con diversos resultados, entregando aprontes sobre el posible resultado, más otros aspectos, como las probables cartas presidenciales para 2021.
Alguien que se ha dedicado a las encuestas y a los vaivenes de la opinión pública es el ingeniero Roberto Méndez, analista político, columnista de diversos medios, actualmente profesor en la Escuela de Gobierno de la Universidad Católica y quien fuera fundador y presidente ejecutivo de la encuestadora Adimark. Parte importante de su vida profesional y académica ha estado enfocada a la investigación y medición de opinión pública, de las conductas sociales y también de los consumidores, participando en la creación de numerosos indicadores, como el Índice de Confianza de los Consumidores, el Índice Paz Ciudadana, la Encuesta Bicentenario UC.
Sobre el posible retorno de las movilizaciones y sobre el plebiscito que viene (así como el recuerdo de otro plebiscito de octubre, el del "Sí" y el "No", en 1988), además de la franja televisiva respecto de esta consulta y las posibles confusiones que existen, sobre la incidencia de la pobreza en la elección o la confiabilidad de las encuestas, sobre las fuerzas políticas y su estado actual, entre otras cosas, conversa Roberto Méndez.
-Octubre ha llegado a ser un mes con muchas cargas políticas en el país. Para empezar, se cumplirá un año desde el estallido social. ¿Cree que existe el peligro de que se retome la protesta más violenta?
-Ese peligro está latente y hay plena conciencia de esa posibilidad. No es algo seguro, ni mucho menos, pero hay varios antecedentes que hacen pensar que eso es posible. Uno de ellos es que las encuestas, por lo menos hasta agosto, que es lo que considera la Encuesta Bicentenario, mostraba en porcentajes altos de la población, cercano al 60%, para ser más exacto, un 58% de la población, mostraba una actitud tolerante y comprensiva hacia la violencia que se había observado en octubre pasado. No se ve un rechazo a todos esos eventos. En segundo lugar, las condiciones objetivas de la vida de las personas a raíz de la pandemia en este año 2020 muestran que las carencias, las tensiones, se han ido más bien agravando, en la situación laboral, que está muy complicada; la gente ha perdido gran parte de sus ingresos, si bien han sido compensados en parte por todos estos ingresos de emergencia del gobierno o del retiro del 10%, etc., pero la gente tiene conciencia de que todo eso son cuestiones temporales y el futuro se ve con mucha incertidumbre. Hay un tercer factor que me haría pensar que esta posibilidad existe y es real: es que los sectores más jóvenes, los que participaron en esas manifestaciones violentas, son los grupos más afectados por la pandemia. La cuarentena les ha afectado sus vidas más que a personas de otros grupos etarios. Todo eso me hace pensar que las condiciones están ahí.
-Este octubre no sólo se cumple un año de esos hechos sino también está próximo plebiscito constitucional. ¿Considera que el plebiscito puede calmar esos ánimos?
-El acuerdo nacional que llevó al plebiscito, entre otras cosas, respondía a la necesidad de controlar la violencia. Una forma de dar cauce institucional al malestar fue este proceso constitucional que se inicia con el plebiscito y continúa con varias etapas posteriores.
-¿Hay alguna posibilidad, cree usted, de que pueda cambiarse esa fecha?
-Yo creo que no, ya estamos jugados, todo está caminando en ese sentido. Lo que ha pasado con la epidemia hasta ahora muestra una cierta estabilización e incluso una disminución de las cifras, entonces salvo que hubiera algo así como una