Escaños reservados
Senado revisó la iniciativa, cuyo contenido tendrá que ser acordado por una Comisión Mixta, la cual deberá concordar un texto común. En el Congreso Nacional se discute la incorporación de escaños reservados en la Convención Constitucional para personas que integren estas etnias.
De acuerdo al último Censo realizado en el país (2017), la población chilena está integrada por un 12,8% de personas de distintos pueblos originarios o indígenas.
Entre estos destacan el mapuche, correspondiente a cerca del 80% de la población indígena, seguido por el pueblo aymara (7,17%), diaguitas (4,05%), quechua (1,55%), lican antai (1,39%P), colla (0,95%), rapa nui (0,43), kawashkar o alacalufe (0,16%) y yagán (0,07%).
Durante estos últimos días se está discutiendo en el Congreso Nacional la incorporación de escaños reservados en la Convención Constitucional para personas que integren estas etnias, lo que constituye un avance hacia una democracia realmente participativa y representativa de nuestra sociedad. De hecho, ayer el Senado terminó de revisar la iniciativa, cuyo contenido tendrá que ser acordado por una instancia compuesta por diputados y senadores, quienes deberán concordar un texto común. Entre los temas que tendrá que resolver la Comisión Mixta se encuentra el número de escaños reservados y si estos se añadirán a los 155 cupos que tendrá el órgano constitucional o se descontarán de ese total.
Según María Lorena Rossel, doctora en Derecho y directora de la Carrera de Derecho de la Universidad de Las Américas, "cualquiera que sea la fórmula que permita la incorporación de nuestros pueblos originarios, ya sea incluyéndolos dentro de los 155 cupos o aumentando dichos escaños, es fundamental que dicha decisión se adopte a la brevedad, para que tengan el tiempo necesario para preparar sus candidaturas y propuestas para una nueva Constitución".
La experta asegura que cualquier retraso en la definición de las reglas necesarias para la conformación de la Convención Constitucional, podría restarle legitimidad a un proceso tan trascendental para nuestro Estado, como es la redacción de una nueva carta fundamental.
Por ello es importante que se resuelva lo antes posible y que los pueblos originarios puedan tener la participación que merecen.