Incendios forestales
Conaf con apoyo de Bomberos y brigadistas privados, además de personal del Ejército, tuvo una intensa actividad durante enero.
Esta semana volvieron las altas temperaturas en la Región, lo que contribuye a la generación una serie de incendios forestales, algunos de mayor tamaño y avance, que han dejado una vez más en evidencia que la quema de bosques, pastizales e incluso viviendas en zonas rurales, es una realidad a la que se encuentra expuesta la zona sur.
De hecho, la Corporación Nacional Forestal (Conaf) con apoyo de Bomberos y brigadistas privados, además de personal del Ejército, ha tenido una intensa actividad en siniestros que han generado preocupación.
Estos siniestros -por cierto cada vez más frecuentes- son parte de un fenómeno que se ha hecho notar con mayor intensidad en la última década. Motivado, entre otros factores, por el cambio climático que implica alzas en las temperaturas y mayor sequedad y estrés en los bosques, lo cierto es que se trata de una realidad ante la cual se debe estar preparado.
Y en ese sentido, Conaf ha asumido una gran responsabilidad, destinando crecientes recursos para aumentar el personal encargado de combatir estos siniestros, además de invertir en elementos técnicos que permitan un mejor trabajo para frenar el avance del fuego que, se sabe, deja a su paso una profunda huella de destrucción.
Un dato preocupante es que más de tres mil incendios rurales se han registrado en la macrozona sur del país en lo que va de temporada y de ellos, cerca del 70% tiene carácter intencional, según afirmó esta semana el presidente de la Corporación Chilena de la Madera (Corma), Juan José Ugarte, al entregar el balance del sector forestal privado.
Además del reforzamiento de los canales institucionales y privados para el combate del fuego, también se debe insistir en el llamado a la ciudadanía, que cumple un importante rol, no solo evitando acciones que puedan ser de riesgo en la activación de un siniestro, más cuando se sabe que un porcentaje importante de estos es causado por el hombre, ya sea de manera accidental o bien de forma intencionada, sino también denunciando aquellas actividades peligrosas que puedan desencadenar un incendio.