Uno de los habituales problemas que muestra Temuco es la poca empatía de una parte importante de los conductores de vehículos motorizados. Ello porque es habitual ver en la capital regional a conductores hablando por teléfono o haciendo uso de las redes sociales de sus móviles mientras están en movimiento, a otros circulando a exceso de velocidad o bien estacionándose en lugares no aptos para ello.

Pues bien, esto último debiera terminar, ya que desde hace dos semanas el municipio de Temuco se encuentra infraccionando a aquellos que se estacionen sobre las veredas, a través de intensas fiscalizaciones que buscan desterrar este mal hábito que no solo dañaba las aceras, sino que además, implicaba restar espacios de desplazamiento para los peatones.

De hecho, solo en lo que va de aplicación de esta nueva ordenanza municipal, ya han sido infraccionados más de 120 conductores que fueron sorprendidos estacionados sobre las veredas de la ciudad.

Este problema, si bien es de larga data, se incrementó durante las cuarentenas que han afectado a Temuco, ya que al hallarse cerrados los principales lugares de aparcamiento vehicular, los conductores que llegaban al centro por algún trámite comenzaron a estacionar sus vehículos sobre las veredas, para evitar dejar sus vehículos en lugares alejados y de poco tránsito. Fue así que tras múltiples llamados de los vecinos de distintos sectores de Temuco, desde el municipio determinaron tener tolerancia cero con los infractores.

Si bien se trata de una acción que va a traer orden al centro de la capital regional, deja de manifiesto una serie de problemas que urge abordar de manera transversal, con políticas participativas pensadas en el mediano y largo plazo. Entre ellos, la falta de educación vial que se aprecia en las ciudades más pobladas, donde las normas del tránsito no son respetadas por una porción importante de quienes ocupan las calles; ello, además de la necesidad de contar con un transporte público eficiente y moderno, que inste a quienes acuden al centro de la ciudad a dejar sus automóviles en sus hogares y desplazarse por otros medios, materia en la que, por cierto, Temuco ha avanzado de manera progresiva, pero en la que aún queda mucho por mejorar.

Cuántas personas, en los días tristes que vivimos a causa de la pandemia con toda su secuela de muerte, dolor, angustia, desempleo y pobreza, vividos además en un contexto de graves tipos de violencia homicida, no se asustan, y lejos de paralizarse, esparcen semillas de esperanza en medio de la desolación, con pequeños gestos de atención, afecto, oración, fortaleza y solidaridad. Aun arriesgando sus vidas por amor, como Jesús. Al igual que el Ángel ante la tumba vacía de dijo a las mujeres, «no temáis, Él no está aquí: ¡ha resucitado!». Ante una tumba de muerte escucharon palabras de vida. He aquí el anuncio de la esperanza. Son las palabras que Dios nos repite hoy en medio de la noche que estamos atravesando como humanidad.

Por eso en esta madrugada pascual, conquistamos un derecho fundamental, que no nos será arrebatado: el derecho a la esperanza nueva, viva, la esperanza de Jesús que infunde en el corazón la certeza de que Dios conduce todo hacia el bien, porque incluso hace salir la vida de la tumba de muerte. Él, que quitó la roca de la entrada de la tumba, puede remover las piedras que sellan el corazón. Por eso, no cedamos a la resignación, no sepultemos la esperanza bajo una piedra. Podemos y debemos esperar, porque Dios es fiel, no nos ha dejado solos, nos ha visitado y ha venido en cada situación: en el dolor, en la angustia y en la muerte. Su luz de resucitado iluminó la oscuridad del sepulcro, y hoy quiere llegar a los rincones más oscuros de la vida de cada persona y la sociedad. La oscuridad y la muerte ya no tienen la última palabra. Con Dios nada está perdido, y nada podrá nunca robarnos el amor que nos tiene. El resucitado nos envía a la vida cotidiana, la familia, el trabajo. Jesús desea que llevemos la esperanza allí, a la vida de cada día.

Qué hermoso es ser cristianos resucitados que consuelan, que llevan las cargas de los demás, que animan, que son mensajeros de vida en tiempos de muerte, que terminen todas las expresiones de violencia, sobre todo contra los niños, mujeres y adultos mayores. Que cesen todos los atentados contra la vida y dignidad de las personas desde el momento de su concepción hasta la muerte natural que matan la vida inocente. Que se abra el corazón del que tiene, para llenar las manos vacías del que carece de lo necesario.

Con la Pascua, al final de la historia quedará demostrado que la vida siempre será más fuerte que la muerte, el bien más fuerte que el mal, el amor es más fuerte que el odio, la verdad más fuerte que la mentira. La oscuridad de los días pasados se disipa cuando Jesús resurge de la tumba y se hace él mismo luz pura de Dios. Él nos lleva a todos tras él a la vida nueva de la resurrección, y vence toda forma de oscuridad. Él es el nuevo día de Dios, que vale para todos nosotros. Nosotros, peregrinos en busca de esperanza, hoy nos aferramos a ti, Jesús resucitado. Le damos la espalda a la muerte y te abrimos el corazón a ti, que eres la vida.

Héctor Vargas, obispo de Temuco

Un gesto digno de encomio tuvo el Club Deportivo Magisterio al decidir apoyar la actividad deportiva en escuelas del Departamento de Traiguén, obsequiando juegos de camisetas y balones. La institución realizó una importante inversión en apoyo de las diferentes ramas deportivas entre los estudiantes locales.

Camiones aljibe suman presencia en los campos

Desde un tiempo a esta parte el cambio climático, las persistentes sequías y la escasez de agua han hecho que la presencia de camiones aljibe municipales repartiendo agua en los campos se haya hecho habitual. Y ello es posible de constatar ya entrado el cuarto mes del año, en pleno otoño, dado que se mantiene la escasez hídrica.

Covid: 45 funcionarios de Salud están contagiados

Unos 45 funcionarios del área de la Salud de La Araucanía están contagiados con covid-19 y existe el temor de que la cifra aumente en las próximas semanas.

En los hospitales de Araucanía Sur hay 35 casos, de los cuales 12 son médicos. En atención primaria, los trabajadores infectados son 10. Los gremios están en alerta ante el complejo escenario.