Los accidentes de tránsito en la capital regional son un problema recurrente. De hecho, vecinos de varios sectores de Temuco, como la entrada norte, Javiera Carrera, Recabarren o San Martín, dan cuenta que durante las noches se escuchan automóviles circulando a gran velocidad, lo que da cuenta que detrás de un fenómeno que preocupa a las autoridades, también hay factores como la irresponsabilidad de los conductores, lo que debe ser abordado con seriedad a fin de evitar más eventos de esta naturaleza, que incluso pueden acabar con la vida de los involucrados.

Las estadísticas que registra Carabineros ayudan a entender la real dimensión del problema, ya que entre enero y junio de este año han ocurrido 3 mil 283 accidentes de tránsito, un número considerable si se toma en cuenta que en 2021, a igual fecha, el volumen era bastante inferior: 2 mil 491. Ahora, los tipos de siniestros más importantes en nuestra Región son los choques y las colisiones, los cuales suman 2 mil 682 en lo que va del año (81,6% del total), seguidos de más lejos por los volcamientos y los atropellos.

En cuanto a los fallecidos, la comparativa de 2021 y 2022 arroja una leve disminución, ya que el año pasado se registraron 74 muertes, mientras los primeros seis meses de este año la estadística acusa 69. Asimismo, al comparar los hechos ocurridos en la zona urbana (1.916) superan a los sucedidos en la zona rural (1.367).

Sobre las causas de los accidentes de tránsito, desde Carabineros explican que uno de los principales factores que inciden en estos hechos son los climáticos, toda vez que la lluvia y la niebla producen una disminución de la visibilidad de la vía y su entorno, además de mojar la calzada, lo que genera una adherencia menor de los neumáticos.

Sin embargo, más allá de las características propias del invierno sureño hay también un elemento que incide en la accidentabilidad y es la poca precaución de los conductores, ya que es habitual ver en las calles de Temuco e incluso en carreteras a vehículos circulando a velocidades por sobre las permitidas o conductores distraídos usando sus teléfonos mientras guíen sus vehículos. De ahí que para enfrentar un problema de estas características, por más esfuerzos que hagan las autoridades competentes, no se avanzará mucho si no media el compromiso de los propios protagonistas, es decir, los conductores.

Nuestra región como las demás del país, tiene que enfrentar problemas comunes de la salud, educación, trabajo pero hay otros que se acentúan también de modo especial y destacable como es propio en lo particular de nuestra aporreada Araucanía.

No quiero referirme al problema indígena cuyo mal manejo advertí hace varias décadas. Hoy día otro problema nos debe preocupar antes que sea muy tarde. Me refiero al hecho indesmentible que pone a la Novena Región como la más afectada del país en la destrucción de nuestras especies arbóreas autóctonas.

El bosque chileno existente desde La Serena al sur ha ido desapareciendo por una explotación indiscriminada. Millones de hectáreas se están trasformando en peladeros sin destino y no conservan siquiera la menor huella de un pasado vegetal.

Del Biobío al sur, el bosque chileno va desapareciendo, también por la invasión de las tierras por especies exóticas, que acorralan y reducen con mayor velocidad las especies del bosque nativo.

¿Es posible legitimar esta muerte lenta de nuestras valiosas especies originarias? Claro que no, necesitamos más tierras que produzcan medios de subsistencia alimentaria. Más tierras para autoabastecerse de productos derivados de la agricultura, necesitamos maderas que nos permitan incentivar la industria nacional y mejorar la producción industrial para competir internacionalmente. Todo ello es entendible si las cosas se miran en una perspectiva meramente utilitaria, pero todo ello no puede invalidar que árboles que nos han dado una identidad sureña: araucarias, olmos, pataguas, canelos, hualles, avellanos y tantos otros vayan desapareciendo.

Detrás de estas realidades que son comprensibles hay una verdad que no es asumida por una mayoría de ciudadanos: el patrimonio y la cultura nacional no solo está formado por el recuerdo de nuestros héroes, nuestros artistas, nuestros triunfos y nuestras derrotas, sino también por lo que nos distingue y caracteriza como nuestro mar, nuestros ríos, montañas y todo los seres vivos que constituyen su entorno como son nuestros bosques.

Reconozcamos también que están desapareciendo especies en el mundo, fundamentalmente porque su hábitat se ha ido eliminando. Chile aparece en esta cadena y puede mostrar algunos ejemplos, incluyendo de paso, razas humanas como los Onas, los Llaganes y los Alacalufes.

El cururo magallánico ya no existe, el caique está destinado a desaparecer, el pudú, el quique, el huillín están próximos a integrar la historia de los extinguidos, el toromiro en Pascua dejo de existir como la chonta de Juan Fernández.

El desaparecimiento de nuestros bosques conlleva, además, a la pérdida definitiva de aves, animales e insectos. ¿Le importa a alguien que ello esté ocurriendo? Por supuesto que sí. A todos los que somos capaces de percibir el significado de un exterminio sistemático de animales y aves que regulan el ecosistema, a los que observamos como nos vamos quedando solos en la tierra, con la sola compañía de aves de corral, canarios, animales domésticos y los domesticados que nos sirven de alimentos.

Roberto Muñoz Barra,

exsenador, presidente Instituto Estudios Públicos Social Demócrata

El duro invierno que ha azotado a toda la Novena Región preocupa especialmente a las autoridades por aquellos habitantes de Cautín y Malleco que no tienen un techo para cobijarse ni familiares conocidos y que pernoctan a la intemperie bajo extremas temperaturas, con riesgo cierto de muerte por frío.

Vacaciones de invierno

en la zona cordillerana

Las bajas temperaturas y la ausencia de lluvia han hecho que gran cantidad de familias de La Araucanía ocupen los últimos días de las vacaciones de invierno para disfrutar de la nieve en la zona cordillerana. Lonquimay, Curacautín, Pucón, Vilcún y Melipeuco han sido las comunas preferidas para buscar panoramas de relajo.

Queman camiones para áridos en una comunidad

Un grupo de 5 a 10 individuos fuertemente armados, ingresó en horas de la madrugada de ayer a una propiedad ubicada en la comunidad Sargento Ancamil, camino Quepe-Boroa, comuna de Freire, donde quemaron dos camiones tolva y cuatro maquinarias para áridos que pertenecían a tres emprendedores distintos.