Tradicionalmente en Navidad y Año Nuevo hay un gran aumento en las compras que realizan las familias, y los tan esperados aguinaldos ayudan a enfrentar esta situación de mejor manera. El aguinaldo ha sido por años un beneficio arraigado en la cultura nacional, como una forma de fidelización de las empresas con sus colaboradores, que siempre lo han valorado.

En el caso del empleado público, este pago está regulado por ley. Sus montos para 2022 pueden servir como guía para que las empresas privadas calculen el beneficio que entregarán, que queda a su criterio, siempre y cuando no esté establecido en el contrato particular o en el colectivo. Para los trabajadores públicos, los aguinaldos navideños dependen de su remuneración líquida mensual. Este año, a quienes perciban un sueldo igual o inferior a $842.592, se les pagarán $63.062, mientras que quienes superen esa cifra, recibirán $33.358.

En el sector privado, el beneficio queda al criterio de cada empleador. Teniendo en cuenta que la mayoría de los trabajadores destina su beneficio en la compra de alimentos para las festividades, en los últimos años se acentúa la tendencia de que las empresas paguen este beneficio en el formato giftcard, que permite comprar los insumos y da más seguridad que el pago en efectivo, para evitar robos.

Sin duda, será un buen estímulo para el comercio, en momentos en que se necesita más dinamismo en la economía, ya que se estima que las ventas en esta temporada tradicionalmente suben alrededor de un 60%. No obstante, en los últimos años las ventas decrecieron de forma considerable, primero debido al estallido social de 2019, que llevó al cierre de locales y a mantener tapiadas con grandes planchas de acero las vitrinas, para evitar los saqueos y, luego por la emergencia sanitaria declarada por la pandemia de covid.

La Navidad se vivirá casi sin restricciones, luego de que en los años 2020 y 2021 se mantenían las medidas de emergencia para evitar la propagación del covid. Seguramente este período navideño será la oportunidad para la reflexión acerca de lo que ha ocurrido en los últimos años y para sacar las mejores lecciones para cada familia.

Cuando hablamos de educación ambiental, estamos propiciando espacios basados en la protección, concientización, cuidado y respeto del medio ambiente por parte de la ciudadanía. Asimismo, en Chile la educación ambiental sigue siendo el foco principal para avanzar en el desarrollo sostenible y sustentable de un territorio local y se han presentado avances en sus políticas públicas. La Ley N° 19.300 nos señala que es un proceso permanente, abordada de manera transversal y sistémica, con foco a solucionar problemas desde lo actitudinal y ético.

Hoy en día, en nuestro lenguaje y actuar cotidiano nos encontramos con un conocimiento previo sobre los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenibles de la agenda 2030 de la ONU, los cuales se enmarcan principalmente en erradicar la pobreza, tener una educación de calidad, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos y todas.

Sin embargo, ante todo los avances de estas políticas, surge una interrogante que inquieta académicamente hablando: ¿Cómo podemos capacitar directivos y docentes ambientalistas? La respuesta está en ejecutar talleres, diplomados o magíster presenciales o virtuales, y que las instituciones de Educación TP y Universitarias en su etapa de rediseño de sus mallas curriculares dicten un módulo relacionado a educación ambiental como tal en un espacio más contextualizado, con sus respectivas normativas vigentes, contenidos referentes a la protección de humedales urbanos y sus beneficios como parte del ecosistema, cambio climático, huella de carbono y huella hídrica generando espacios e instancias que tengan un impacto positivo tanto a nivel local como nacional.

La idea de capacitar equipos educativos ambientalistas tendría como objetivo que ellos mismos puedan formar ciudadanos preocupados del cuidado y protección del medio ambiente desde la educación inicial hasta la educación superior, con un ideario de sujetos líderes diseñando proyectos con visión de cambio para seguir avanzando y dejando como herencia a las futuras generaciones un país sostenible y sustentable. Pensemos en que la base de toda educación ambiental es la capacitación de docentes expertos en el tema.

Viviana Lanza Lanza,

docente Carrera Pedagogía en Educación Parvularia,

Pontificia Universidad Católica de Chile, Campus Villarrica