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beneficios del Estado.
"Es complejo el panorama para el sector", comenta la presidenta de Sidarte Araucanía, Lindsay Cárdenas, porque si bien ha habido casos de reinvención laboral a través de formatos digitales, ya sea para clases o funciones, "solo ha podido ser gracias al apoyo de la Seremi de las Culturas, vía concurso. Es muy complicada la venta de servicios artísticos a una entidad privada. Por ello, esto difícilmente significa un sustento permanente para salvar la terrible precarización que tiene la cultura en Chile. Creo que ese es un tema clave".
La dirigenta de los trabajadores del teatro, ámbito en el cual participan actores, actrices, dramaturgos, directores, escenógrafos, diseñadores, iluminadores y tramoyistas, entre otros, profundiza en la mirada y agrega que mientras las autoridades del país no reconozcan a los artistas como un sector productivo, la situación no cambiará para mejor.
"Somos un sector productivo que aporta un PIB del 2% y nuestro país solo invierte 0,4% en cultura. Entonces, cuando el Estado comience a entender a la cultura como un bien público (…) recién ahí las cosas serán distintas", precisa.
Para este y los restantes gremios de las artes, una de las pocas oportunidades que ha habido en la Región para continuar en actividad, además de las clases en línea para quienes tiene la fortuna de tenerlas, han sido los fondos levantados por el Ministerio de Culturas, gestionados en el territorio por el seremi de la cartera, los que se han traducido en "Araucanía Digital", que financió la creación de "cápsulas artísticas" y los fondos concursables que se habrían resuelto esta semana.
ASOCIATIVIDAD
Considerando este escenario regional y nacional, la asociatividad se ha fortalecido en medio de la pandemia. En el caso de Sidarte, sindicato más que trabajar por sí mismo ha pasado a integrar la Red Nacional de Compañías de Teatrales Chilenas, que ya reúne a 550 agrupaciones inscritas; mientras que la Asociación Regional de Músicos de La Araucanía, ARMA, ahora es parte de la Red de Músicos de La Araucanía, organización desde la cual articula hoy estrategias y actividades para ir en ayuda de sus pares.
"Aunque somos muchos los que estamos en el grupo de afectados por la contingencia, son 41 las personas del gremio están en una situación crítica. Se trata de un catastro que seguirá abierto para integrar a otros trabajadores de la música que aún no se hayan ha enterado de esto y se interese en participar, a través de la página de Facebook de ARMA", explica Carlos de Cruces, quien acota que es a ellos a quien fue dirigido el reciente festival solidario "Ñike: Araucanía Apaña", cuya campaña de recaudación de fondos seguirá abierta todo junio (ver recuadro).
"Cuando nos dimos cuenta que esto tenía para rato nos empezamos a organizar. El reciente festival fue una respuesta para las situaciones más urgentes, para colegas que están más complicados", explica el músico, psicólogo e integrante de una de las comisiones de la red, Simón Valdivia, quien agrega que la meta es conseguir, ojalá, una suma mensual para seguir prestando ayuda, y en esta misma línea hacen un llamado a las empresas, a los privados, a colaborar, a cambio de que la red pueda operar como un espacio de visualización de marcas o productos de quienes presten su apoyo.
"Nuestra meta era reunir un millón de pesos, entiendo que llevamos poco más de 690 mil, por ello el llamado es a continuar haciendo aportes", explica Simón Valdivia.
En el caso de Sidarte Araucanía, existe también un catastro que hoy da cuenta de 10 integrantes que se encuentran en un estado "preocupante" y 3 que estarían en un estado "crítico", para los cuales el sindicato a nivel nacional ha hecho uso de un fondo solidario que ya tenía, a lo que se suman algunos aportes de la Seremi de las Culturas.
Otros temas que ya estaban presentes en la realidad país y de Región, explica Lindsay Cárdenas, y que hoy emergen con mayor notoriedad, "son la existencia de un marco laboral precario en cuanto a leyes para los trabajadores del arte y el hecho que la mayoría de los artistas, por situaciones que deberían revisarse, no accede de la mejor manera a una ficha social. Creemos que lo que hoy debería haber es una ficha social diferenciada que permita a los artistas participar de los beneficios estatales".
Si bien un importante número de trabajadores de las artes se esfuerza por no depender de los fondos públicos concursables, explica el cantautor Carlos de Cruces, el panorama actual, con sus restricciones sanitarias, impide desplegar la autogestión; lo cual es un reto mayúsculo para terminar o sobrevivir económicamente el segundo semestre, más para quienes hoy se están salvando gracias a ahorros.
"Creemos - agrega la presidenta de Sidarte - que el segundo semestre será imposible volver a la actividad presencial. Hay temas sanitarios que no lo permiten. Nuevamente, está todo paralizado, salas, colegios, universidades y festivales, y este es todo un mundo, muy grande, que la población en general no ve en su totalidad. A mí me gustaría que quedara claro que somos trabajadores y trabajadoras, y que somos un sector productivo del país que necesita que colaboración y ayuda", tanto como la que se ofrece a otros sectores productivos.